En medio de un clima de sobreexplotación de los recursos que nos provee la tierra, pero al mismo tiempo de sobreproducción de situaciones como basura, contaminación y aumento del calentamiento mundial, los humanos celebramos este 22 de abril una nueva conmemoración del día de la tierra, fecha establecida como mecanismo que nos recuerda la importancia de defender nuestro ecosistema, el cual nosotros hemos contribuido, y en gran forma, a modificarlo en perjuicio nuestro.
A pesar que desde 1970 surgió la idea de dedicarle un día a que entre todos conozcamos y apoyemos decididamente la importancia de defender el medioambiente, esa loable iniciativa parece que no ha tenido el resultado esperado y por el contrario el medioambiente del planeta es cada vez más convulsionado.
El día de la tierra de instituyó para que el humano tomara conciencia sobre la necesidad de proteger el planeta combatiendo la contaminación y la sobre explotación de recursos naturales, pero el objetivo no se ha cumplido y por el contrario se observa que cada día el medioambiente sigue su recta imparable y que lo llevará hacia su deterioro definitivo.
La conmemoración se comenzó a diseñar por allá a finales de la década de los 60 cuando el profesor Morton Hilbert y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organizaron una conferencia sobre los efectos del deterioro del medio ambiente en la salud.
Esta acción se constituyó en un planteamiento y preocupación para la generación de una conciencia ambiental, y para ello se tomó de modelo las manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam. Es bueno recordar que para esa entonces las cuestiones ecológicas no estaban presentes en la agenda de los políticos estadounidenses, como lo dijo en su momento el senador estadounidense por Wisconsin, Gaylord Nelson, que se sumó a la iniciativa de Hilbert junto al Proyecto para la Supervivencia impulsado por la Universidad Northwestern. Esa alianza permitió la convocatoria para celebrar el Primer Día de la Tierra.
Finalmente la celebración se llevó a cabo el 22 de abril de 1970 y se bautizó como Día de la Tierra, como lo aconsejo Julian Koenig, un ejecutivo de publicidad y quien se sumó a la idea que había surgido pocos años atrás.
Dos años después, en 1972, se celebró en Estocolmo la primera cumbre mundial sobre medioambiente y que sirvió para sensibilizar, aunque insuficientemente, a los gobiernos y a la sociedad sobre la magnitud de los problemas que afectan al medioambiente.
Sin embargo, todo ese menú de buenas intenciones no se han traducido aún en una acción decidida y las decisiones adoptada para preservar nuestro ecosistema se constituyen, hoy en día, en una colcha de retazos que no ha logrado impactar, como muchos quisiéramos, en las actitudes tomadas por nuestros gobiernos.
Uno de los mayores éxitos obtenidos fue la masiva participación de personas que se dio en 1990, 20 años después de la primera conmemoración, cuando más de 1000 ONGs organizaron actos en 140 países y se estima que participaron del orden de 200 millones de personas. Al igual que en la primera celebración dos años después se celebró otra macro cumbre mundial.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro de 1992, despertó grandes esperanzas y fue la mayor conferencia celebrada hasta el momento, no sólo en número de participantes sino de asistencia de jefes de gobierno. Pero las expectativas no fueron satisfechas, perdiéndose una oportunidad única de iniciar un cambio de rumbo para construir un mundo más justo, seguro, próspero y sostenible.
Un pedido de la delegación de Bolivia en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró como Día Internacional de la Madre Tierra al 22 de abril y ello en "reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas sustentan nuestras vidas".
Casi 50 años después el mundo esta viendo con horror todo el daño que el hombre le ha hecho a la madre tierra, a la cual ha irrespetado y lo sigue haciendo a pesar de las voces de advertencia que en han surgido en diferentes parte del mundo sobre los males que estamos causando.
Kathleen Rogers, presidenta de la organización del Día de la Tierra en Washington y una de las primeras fundadoras en la organización, afirmó que una de las principales razones para elegir aquel 22 de abril de 1970 como el primer Día de la Tierra fue porque ese año el 22 cayó en un miércoles, el día de la semana ideal para convocar una manifestación por el medio ambiente en todo el país.
Es bueno que todos hoy tomáramos conciencia de la importancia de proteger nuestro ecosistema y sobre la necesidad de hacer uso de las nuevas fuentes de comunicación, como las redes sociales, generemos ideas encaminadas a educar a amigos y familiares sobre el calentamiento global o comprar productos ecológicos. Y fundamentalmente aprender la regla de las tres R: reusar, reutilizar y reciclar.