El pasado lunes 14 de marzo se rindió un homenaje a Apolonio Castillo Díaz, por su 59 aniversario luctuoso. Olvidado por muchos, son pocos los historiadores que lo refieren. Su monumento casi abandonado, ubicado en la avenida Costera Miguel Alemán a la altura de playa Papagayo, le falta el arpón y la aleta y si preguntamos a la gente, pocos saben quien fue y que hizo el deportista olímpico. He aquí un texto para las nuevas generaciones acerca de Apolonio:
Nació en Técpan de Galeana región de la Costa Grande de Guerrero en 1923 y murió en Acapulco en 1957 a los 34 años al intentar rescatar los cadáveres de unos turistas.
Durante 1941, 1942 y 1943 fue campeón de natación en diversas especialidades; llegó a representar a México en las competencias de natación contra Cuba en 1944, donde impuso nueva marca mundial; en 1946 participó en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, Colombia, y en 1948 en la Olimpiada de Londres.
A principios de la década de los 50s, Apolonio Castillo realizó la primera inmersión en aguas mexicanas, en la Bahía de Acapulco en compañía en aquella proeza de Aníbal de Iturbide y Genaro Hurtado, utilizando un equipo en aquel momento novedoso cuyo funcionamiento se daba, a base de aire comprimido a alta presión.
La última inmersión de Apolonio, fue a 60 metros y fue el acto heroico que le provocó la muerte al ir al rescate de los cuerpos de los turistas estadunidenses Joseph Mitchel y Edith Hallock.