Google compra Fitbit para resucitar su apuesta contra el Apple Watch en un mar de dudas


Google compra Fitbit para resucitar su apuesta contra el Apple Watch en un mar de dudas
Tecnología
Noviembre 04, 2019 20:37 hrs.
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El camino de Fitbit ha llegado a su fin. Fundada en 2007 en San Francisco, California, lanzó su primera pulsera en el verano de 2010. Ahora, más de nueve años después, la compañía pasará a formar parte de la larga lista de adquisiciones de Google. La confirmación de su venta no es exactamente una sorpresa, dado que hace un mes vimos cómo contrató a un banco de inversión para explorar su venta.

A juzgar por la nota de prensa publicada por Google, su propósito está orientado hacia la creación de un smartwatch oficial, por lo que está claro que este movimiento es de gran interés para su principal competidor, el Apple Watch.

Los dispositivos bajo la plataforma Wear OS están agrupados en la categoría Otros, una especie de cajón de sastre donde se encuentran todo tipo de marcas que fabrican smartwatches. Aquí lidera el Apple Watch, seguido de Samsung con su propia plataforma Tizen y Fitbit. Sin embargo, la sección correspondiente a esta última no ha parado de caer hasta quedar por debajo del 10% en la última medición desde el debut de sus relojes inteligentes.

La cuota de mercado no es una variable que explique el desempeño de una compañía. Se puede tener una fracción de ella y tener influencia siempre que se trate de la gama alta, como ocurre con el iPhone. Pero este no es el caso tanto de Fitbit como de Wear OS. La plataforma de Google no ha terminado de despegar. La compañía de Mountain View ha intentado repetir la estrategia utilizada en el mercado de smartphones (software gratuito empujado por otros fabricantes), pero no ha obtenido tracción en el mercado de wearables.

A lo largo de los años, Google ha hecho progresos con sus aliados en el espacio con Wear OS y Google Fit [su app de salud], pero vemos una oportunidad para invertir más en Wear OS así como introducir dispositivos wearables Made by Google en el mercado. Fitbit ha sido un verdadero pionero en la industria y ha creado dispositivos que comprometen [al usuario], experiencias y una comunidad de usuarios viva. Trabajando conjuntamente con el equipo de expertos de Fitbit y trayendo la mejor inteligencia artificial, software y hardware, podemos ayudar a espolear la innovación en wearables y construir productos que benefician a aún más gente alrededor del mundo.

Así se expresaba Rick Osterloh en la nota de prensa que confirmaba la adquisición de Fitbit. Google espera darle la vuelta a la situación en que se encuentra su plataforma de wearables construyendo su propio reloj inteligente con la ayuda del equipo de Fitbit. Esta última intentó sin éxito abrir el mercado con cuatro relojes diferentes, los Ionic, Blaze, Versa y Versa 2 (además de un modelo intermedio llamado Versa Lite). No hay motivos para pensar que Google vaya a poder revertir su propuesta ahora.

El Apple Watch sigue sin un competidor que esté a la altura

A estas alturas, el indiscutible éxito del Apple Watch revela que el mercado de los relojes inteligentes es mucho más complejo que el del smartphone. El reloj de Apple lidera la categoría por contener las dosis adecuadas de diseño, tecnología, software y servicios. Todo ello traducido en una experiencia de uso satisfactoria a unos precios razonables. Competir con el Apple Watch requiere combinar todos estos elementos de forma apropiada para poder plantarle cara.

De momento, no hay razones para pensar que el resto de competidores hayan conseguido estar a la altura en ninguno de estos aspectos. En el campo del diseño, donde la moda vista desde el punto de vista de ser aceptado por un importante número de personas, el Apple Watch ha conseguido que sea visto como un complemento y no como un dispositivo electrónico de aspecto aséptico. Sus colecciones de aluminio, acero, cerámica y ahora titanio, así como las colaboraciones con Nike y Hermès, junto con la abundancia de tipos de correas, cubren numerosas posibilidades de personalización. No hay una propuesta similar por parte de la competencia.

En cuanto a la tecnología, el panorama es desolador. El Snapdragon 3100 de Qualcomm que montan los relojes más avanzados sigue estando "desfasado" en cuanto a velocidad y gestión de la batería. Se rumorea que la compañía prepara un sucesor más capaz, el Snapdragon 3300 con arquitectura de 12nm. Pero seguimos estando ante procesadores basados en chips de la gama baja móvil, que se enfrentan al SoC de 64 bits de Apple creado y optimizado específicamente para el Apple Watch.

Sin una tecnología a la altura, el software y los servicios se convierten en una experiencia lenta e insatisfactoria para el usuario, por mucho que Osterloh las califique como "los mejores". En cuanto al precio, Apple ya ha dividido su reloj en dos categorías: una de entrada por 229 euros servida por el Apple Watch Series 3 y otra donde está el Series 5 a partir de 459 euros y hasta los 1.499 euros de la colección de cerámica. Con esta estrategia de precios, Fitbit se quedó sin un espacio en el que competir que no fuera el de las pulseras inteligentes. Una línea de productos que está a merced de las pulseras genéricas de apenas 35 euros.

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