Una mujer alquiló una casa a través de la plataforma Airbnb y le dijo a su dueño que pensaba hacer una reunión de máximo doce personas.
Todo parecía indicar que el jueves de Halloween iba a ser un día tranquilo en la localidad de Orinda, al norte del estado de California, pero las intenciones de la mujer eran otras.
En vez de una reunión familiar, la casa, de cuatro dormitorios, apareció anunciada en Instagram como el lugar en el que se iba a celebrar una fiesta de disfraces que finalmente atrajo a una multitud de más de 100 personas.
El propietario, Michael Wang, no autorizó la fiesta.
Con información de BBC.