La Tregua de Navidad de 1914, Primera Guerra Mundial


La Tregua de Navidad de 1914 pasará a la historia por ser el mejor ejemplo de como una guerra puede sacar lo mejor y lo peor del ser humano.

| | Desde SN Noticias
La Tregua de Navidad de 1914, Primera Guerra Mundial
Periodismo
Diciembre 12, 2019 14:12 hrs.
Periodismo ›
Genaro Portillo › SN Noticias

4,970 vistas

La Tregua de Navidad de 1914. Hacía ya casi medio año que el mundo estaba inmerso en la mayor de las guerras conocidas hasta entonces, una guerra que había roto con todo lo establecido y dado un paso más en lo que a crueldad, muerte y destrucción respecta. La Primera Guerra Mundial, también conocida como "La Gran Guerra", había revolucionado las bases de la teoría militar, y los campos de batalla regidos bajo la misma doctrina desde tiempos de El Gran Capitán, sufrieron un cambio radical.

La Primera Guerra Mundial fue el auge de las trincheras, unas trincheras en las que los soldados vivían en las peores condiciones que un ser humano pueda imaginar, hasta el punto de que se puede considerar a la Primera Guerra Mundial como la guerra más mísera, cruel y sufrida de la historia. En aquellas trincheras en las que soldados hacinados apenas tenían unas esperanza de vida de seis meses, los hombres tenían que convivir con el hambre, las enfermedades y los constantes ataques del enemigo. La moral de la tropa de todos los ejércitos era muy baja, y fue el Káiser alemán Guillermo II de Alemania, quien se le ocurrió en vísperas de Navidad la idea de levantar la moral al ejército no solo otorgando dobles raciones de pan, alcohol, tabaco e incluso salchichas a los soldados, sino además enviando miles de abetos y luces de navidad al frente para crear un clima entre sus hombre que les permitiese olvidar, aunque fuese por unas horas, las penurias de la guerra.

El día 24 de Diciembre de 1914 transcurrió con una inédita calma en el frente occidental, la artillería no sonaba y no se produjo ninguna ofensiva importante. Por la noche las trincheras alemanas se iluminaron con todos los adornos navideños llegados al frente por orden del Kaiser. Tras las luces llegaron los villancicos, entre lo cuales uno destacaba sobre el resto, "Noche de paz", y es que los alemanes se habían contagiado del espíritu navideño y comprendieron que aquellas fechas tan señaladas no eran momento para la guerra. Los ingleses y franceses atónitos ante lo que estaban viendo y escuchando respondieron uniéndose a los cánticos en su propio idioma, dando forma a la noche más bonita, emocionante y especial de la Primera Guerra Mundial. Incluso se pedían villancicos de una trinchera a otra. Pronto este clima se trasladó a gran parte del frente occidental.

A la mañana siguiente, 25 de Diciembre, Navidad, la situación que se alcanzó la pasada noche prosiguió. Como el día anterior, los primeros en dar el primer paso fueron los soldados alemanes, algunos de ellos que sabían hablar inglés salieron de sus trincheras ondeando banderas blancas en señal de paz. Tras unos momentos de duda, soldados ingleses hicieron lo propio y salieron a su encuentro. Las intenciones de ambos estaban claras y pronto consiguieron que gran parte de la tropa se uniese a la celebración confraternizando con el enemigo.


Gracias a distintos testimonios de veteranos de guerra, a fotografías que tomaron los propios soldados y a las cartas que estos enviaban a sus casas, hoy sabemos que aquellos combatientes que el día anterior se estaban matando y que eran conscientes de que en unos días volverían a hacerlo, estaban compartiendo e intercambiando todo tipo de comida, bebida, tabaco y utensilios básicos para la vida en la trinchera. Además muchos compartieron historias, anécdotas, recuerdos, opiniones sobre la guerra e incluso fotografías de sus familias.

La paz en el frente era generalizada, tan solo la Legión Extranjera francesa apostada en Alsacia decidió atacar ese día. Ambos ejércitos aprovecharon para recoger los cadáveres que yacían en tierra de nadie entre trinchera y trinchera, en una tierra que destacaba por su parecido con el suelo lunar y es que los cadáveres se apilaban en los cráteres causados por las bombas y los obuses. Muchos muertos fueron enterrados en funerales que hasta se celebraron de forma conjunta aprovechando que la mayoría de los soldados eran cristianos, y es que en la Primera Guerra Mundial se cumplía a raja tabla el dicho "No hay un ateo en una trinchera".

El colmo de la confraternización fueron sendos partidos de fútbol que se disputaron entre soldados, de los que incluso se conoce el resultado de alguno de ellos (3-2 para Alemania) gracias a alguna carta enviada por los soldados.


Las noticias de la tregua se extendieron como la pólvora y el alto mando de ambos bandos, que no podía tolerar ningún tipo de acercamiento ni compansión por el enemigo, tomó cartas en el asunto. A la ya prohibición de establecer ningún contacto con el enemigo, se le sumaron mucha ejecuciones mediante fusilamientos de muchos de los participantes en la tregua. Sobre todo en el bando francés la represión fue ejemplar para evitar más episodios de estos en el futuro, mientras que los alemanes enviaban a los más pacificadores al frente oriental, donde las condiciones de lucha eran aún peores. Los aparatos de propaganda, que trataban de demonizar al enemigo, no podían tolerar que se viese a los enemigos como seres humanos. Para evitar la familiaridad con el enemigo y la fatiga de los soldados, ambos bandos rotaban a sus hombres entre sectores.

Para que el caso no saliera a la luz, se confiscaron en ambos bandos buena parte de las fotografías, cartas y todo tipo de documentación que mencionase a la Tregua de Navidad, no obstante, en Inglaterra llegó a publicarse en portada del famoso Daily Mirror, una foto de soldados ingleses posando con alemanes, aunque gran parte de los periódicos publicados fueron confiscados por el gobierno inglés.

La rápida actuación del alto mando fue crucial para que la tregua no se mantuviese y degenerase en una gran sublevación de la tropa contra su propio gobierno.


Es necesario mencionar que en algunos sectores la tregua se extendió más allá de aquellos dos días, alargándose hasta año nuevo e incluso hasta febrero en aquellos casos más extremos. No obstante este tipo de armisticios extraoficiales, aunque a mucha menor escala, se siguieron produciendo en diferentes frentes y sectores durante toda la Primera Guerra Mundial. Entre otros actos de confraternización, se llegó a realizar bombardeos de artillería a horas concretas en lugares ya señalados, o incluso en la colocación de obuses en túneles subterráneos de los que se avisaba mediante golpes en las paredes de los túneles al bando contrario. También la tregua de navidad se llegó a repetir en años venideros pero a una escala mucho menor por la alerta del alto mando que persiguió ferozmente estas actitudes. En cualquier caso, la Tregua de Navidad de 1914 pasará a la historia por ser el mejor ejemplo de como una guerra puede sacar lo mejor y lo peor del ser humano.

Ver nota completa...

Escríbe al autor

Escribe un comentario directo al autor

La Tregua de Navidad de 1914, Primera Guerra Mundial

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.