Lo real de lo irreal

Hace ya un lustro que Cruz Azul jugó una de las finales más importantes que pudo haber disputado, ya que se enfrentó al rival más odiado por parte del aficionado cementero, sin embargo, un demonio se apoderó de aquella noche del 26 de mayo del 2013 y con un cabezazo por parte del guardameta azulcrema, Moisés Muñoz, la desviación de Alejandro Castro, y la mirada de sufrimiento al ver que el balón cambiaba de dirección de Jesús Corona se apoderaban del estadio azteca.

A cinco años de aquella noche trágica de lluvia, se le vuelve a presentar una oportunidad al Cruz Azul. Sí, una vez más tendrá en frente al club americanista, con sus 12 campeonatos de liga, y sí, también Cruz Azul se enfrentará a 21 años de sequía que se cumplieron hace algunos días.
Es la oportunidad de vencer a todos esos miedos que se vivían en cada uno de los encuentros de Cruz Azul, en uno de los campeonatos cortos más disputados por parte de los ocho equipos que entraron a la liguilla.

La máquina de Pedro Caixinha, sin darse cuenta, tuvo una liguilla rodeada por los últimos equipos que le ganaron las últimas finales de liga, Santos, Toluca, Monterrey y con su rival de la gran final, América. Si este no es el tan esperado ’año bueno’, del club cementero, entonces no sé cuál sea.

Jueves y Domingo, son los días esperados para deshacer aquel demonio de 21 años, y Sí Cruz Azul, está en el estadio que te quitó aquel campeonato del 2013, tendrás dos noches para poderle hacer un señor exorcismo a ese ser maligno.