Un cuentahabiente que sufrió el robo de su tarjeta de crédito, del banco Santander en un cajero automático, sin percatarse, fue timado en cuestión de segundos cuando le arrebataron de la mano el plástico y al limpiarla en su camisa, el malhechor se la cambió por una robada.
El hecho ocurrió en el cajero automático ubicado en la avenida Constituyentes, de Acapulco, a la altura de la nave de flores del Mercado Central, de ayer miércoles.
El modo de operar de estos sujetos es en pareja. Se colocan en la fila de los cajeros y eligen a la víctima. Los dos se ponen detrás del cuentahabiente y al llegar al cajero para retirar dinero, antes de introducir el plástico bancario, un sujeto le arrebata el plástico para decirle: ’Antes de meterla al cajero debes de limpiarla’, lo que hace rápidamente en su camisa y la entrega luego de unos segundos, pero ya se trata de la robada.
En segundos, el sujeto se retira con la tarjeta robada en presencia de todos los clientes, y deja a su pareja, atrás del afectado, para que al introducir la tarjeta robada, observe el número privado para después sacar el dinero.
El cliente introduce supuestamente su tarjeta en el cajero y rápidamente la máquina se la traga, ya que el sistema está programado para retener tarjetas robadas.
Los fraudes con tarjetas de débito o crédito (por robo, extravío o clonación) se cuentan entre los delitos que se han incrementado en mayor medida en el mundo.
En México provocan pérdidas por más de 700 millones de pesos al año, de acuerdo con datos de la Asociación de Bancos de México.