El enfermo alcohólico está incapacitado para enfrentar la vida y en ese infierno el alcohol es un vehículo de fuga hacia un mundo de fantasía, un mundo de frustración y sufrimiento, desgracia a la que arrastran también a la familia, cuentan los líderes del movimiento internacional de Alcohólicos Anónimos (AA) 24 horas, Raúl G y Guillermo L.
En conferencia de prensa, para anunciar la celebración de su XLIII Aniversario con una junta pública de información sobre la enfermedad del alcoholismo, el próximo 13 de agosto a las 17:30 horas, en el Auditorio Nacional, narraron sus experiencias de sufrimiento que los llevó a una búsqueda de ayuda en estos centros de recuperación.
’Una copa nos lleva a otra y otra, con el fin de olvidar nuestras frustraciones y fantasías, nuestras ansias de poder y vanagloria, pompa y poderío; primero son las borracheras ocasionales, luego los fines de semana, y finalmente la necesidad de querer la copa por cualquier motivo y donde nos encontremos’.
Y después ya no importa nada, la familia, el trabajo, todo se pierde, porque lo único que importa es la botella, narra Guillermo, en el local de Zamora 159, ante una sala repleta de compañeros que atentos escuchan, la historia, una historia que a nadie le es ajena, porque de una u otra manera la han vivido, pero que el haber llegado a este lugar les ha cambiado la existencia.
En estos 500 grupos que existen en la república mexicana y en el extranjero, militan aproximadamente 15 mil personas, ’en realidad son muy pocos’, reflexiona Raúl, en comparación con los millones de seres que padecen de esta enfermedad, en nuestro país.
Por ejemplo dice que de 100 personas que llegan a informarse sobre cómo recuperarse del alcoholismo, solo una se queda; aquí recibimos diariamente por lo menos 8 personas, pero ya no regresan, ’tal vez porque encuentran otra alternativa, o simplemente porque no es su momento, y muchos vuelven a los escuadrones de la muerte’, donde seguramente terminarán sus días.
Entre otras cosas, aseguran que ’en nuestro grupo nadie se encuentra a fuerza, ni se le obliga a estar, mucho menos se le recluye en contra de su voluntad, no somos partidarios de la violencia, nuestros servicios son gratuitos’. Por ello si tu problema es el alcohol, aquí en estos centros te tienden la mano para cambiar tu vida.