El juego de la botella

Amatl Xoxoktli

Amatl Xoxoktli
Medio ambiente
Julio 31, 2019 11:57 hrs.
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Martín Josué Dircio Chautla › codice21.com.mx

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Julio y diciembre son quizá los meses con mas fiestas del año. Diciembre por festividades religiosas y reuniones familiares de fin de año por lo que son fiestas un poco más pequeñas con relación a las personas reunidas en las festividades de julio.

Por su parte, este mes que termina es cuando hay más fiestas o eventos públicos principalmente por las clausuras de fin de cursos de los miles de planteles educativos en todo el estado de Guerrero, por acotar una región. Dicha entidad aprobó en febrero de 2019 la Ley 593, que prohíbe los plásticos de un solo uso, popotes, bolsas de plástico y unicel desechable.

La aprobación causó gran entusiasmo en la población en general y la comunidad ambientalista lo vio como un gran logro que había tardado más de lo que debía en obtenerse. Por su parte páginas de Facebook de muchos municipios postearon la noticia y se ’subieron al tren’ del ambientalismo.

Desafortunadamente en gran parte de los casos hasta ahí quedó. Pasada la primera semana todos olvidaron la noticia y se pasaron a los temas de moda en internet. Soy testigo (y sé que no el único) de que en eventos posteriores de toda índole las mesas de presídium han estado llenas de botellas desechables y paquetes de galletas.

La única consideración que ofrecen quienes organizan dichos eventos es que a veces le quitan la etiqueta para que no se vea la marca, pero esas empresas ya no necesitan más publicidad. La publicidad o más bien la imagen que dan es que no les importa la ley ni el cuidado ambiental.

Directamente relacionado con esto están las ceremonias de clausura de fin de cursos. Es lamentable que desde las instituciones educativas el mensaje sea que no está mal seguir comprando botellas de plástico. Y no sólo es el gremio magisterial. Las autoridades municipales que acuden a estos eventos no ponen objeción al uso de estos productos que, hablando sinceramente, no necesitan.
Porque no van a dar una sesión de oratoria, cuando mucho cantan el himno nacional o dan un mensaje breve al público. Lamentablemente se concluye otro año escolar que se llenó de periódicos murales sobre no contaminar, no comprar desechables y cuidar el agua con estos escenarios.

Algo semejante ocurre con la recolección de botellas que tiene sus pros y contras.
El pro es la limpieza que se hace mediante la participación ciudadana y los contras son 1) El deslinde de todas las empresas dentro de este rubro y ni las que son parte de ’ECOCE’ asumen su responsabilidad a cabalidad; 2) La idea de que quien lleve más botellas es mejor incentivando a veces la compra de otras botellas y minimizando el problema; 3) Escuelas llenas de botellas convirtiendo determinados espacios en depósitos de residuos que al final se mezclan -convirtiéndolo en basurero-; 4) Acumulación de agua que puede propiciar reproducción de zancudos u otros insectos que representan peligro; 5) Centrar la atención únicamente en la recolección de botellas y el plástico, dejando de lado las consecuencias ambientales y daños al territorio por el acaparamiento del agua que hacen estas y las empresas refresqueras.

Del mismo modo olvidan los problemas de salud de este último producto al permitir su venta a menores dentro y fuera de las instalaciones públicas.
Por lo tanto, podría decirse que se toma como un juego el asunto del cuidado ambiental, se toman medidas a medias y tal vez menos. Lo más grave es que las autoridades no ponen el ejemplo porque es el Estado quien establece las leyes y son las dependencias públicas las que más consumen productos desechables. Las botellas son sólo un ejemplo. Dicho esto, invito a quien lee este texto a observar una sola vez los productos que entran y los depósitos de residuos de los ayuntamientos, secretarías, institutos, direcciones y la totalidad de oficinas e instalaciones de gobierno de todos los niveles. Vean lo que se oferta y cómo se comercializa dentro de los edificios y las cercanías. Ante esto es preciso comentar también que la Ley General Para La Prevención Y Gestión Integral De Los Residuos dice que la persona física o moral que genere al menos 400 kg de residuos al año deben tener un Programa de Gestión Integral de Residuos.

¿De los 81 municipios de la entidad cuántos cuentan no este instrumento?
Esperemos que en un futuro próximo o inmediato el Estado y todas las instituciones educativas pongan el ejemplo porque preferimos ver los contenedores de residuos con el mínimo de botellas, latas y platos desechables a una foto donde posan firmando convenios o el inicio de campañas ambientales con botellas desechables en su presídium o una infografía ambiental o invitación a no hacer lo que las autoridades hacen todos los días.

Si tuviéramos que cargar con los residuos sólidos que producimos no llegaríamos muy lejos y es eso precisamente lo que está pasando. No hay consumo ni venta responsable.

Les informo, además, que hace un par de días nuestra especie gastó los recursos que la naturaleza puede generar en un año, es decir, que este 29 de julio nos terminamos lo que era para sobrevivir hasta el 31 de diciembre. Por eso insisto que no es suficiente con recolectar botellas, se deben dejar de producir y consumir con esa intensidad, de lo contrario no es mas que jugar al ambientalista con botellas, bolsas, popotes.
Y en este juego de la botella no se trata de verdades o retos.
En este penoso juego de la botella la verdad es que el Estado no acepta el reto, no cumple la ley ni pone el ejemplo.

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