Amatl Xoxoktli

Salvaje, como adjetivo coloquial de la Real Academia de la Lengua Española aparece como cruel o inhumano.

En cambio, silvestre, -en el mismo diccionario- como algo que no ha tenido intervención humana, criado naturalmente. Estos dos adjetivos iban a ser el título original pero eso es algo que ya sabemos, de la desigual batalla entre salvajes (gran parte de raza humana) y silvestres (la naturaleza). Paradójicamente la defensa más efectiva de esta última es ser escasa, es estar casi extinta para que no se le ataque y no se le siga consumiendo desmedida y cruelmente.

Desafortunadamente a la fauna se le protege hasta que están en peligro de extinción, como a la tortuga, la vaquita marina, el jaguar y el venado, por mencionar algunas especies muy mencionadas en México.

Para la Escuela Secundaria Técnica no. 9 de Chilapa el venado sigue siendo su emblema aunque exista poca o nula información y estudio de esta especie al menos difundida en la región. Estudios que no corresponden a dicha institución claro, sino a dependencias encargadas de la materia que desafortunadamente tienen en el olvido al venado.

Dentro de estas dependencias hay que señalar a las direcciones de medio ambiente y recursos naturales así como sus regidurías homónimas, quienes dentro de sus funciones habría que tener la ya famosa ’concienciación’ respecto al consumo de animales silvestres y sobre todo los que están en peligro de extinción, pues en muchos municipios del centro de Guerrero continúa la esta práctica, como en las comunidades de Ahuacuotzingo y Zitlala, de las que tengo conocimiento.

Incluso Zitlala tiene una localidad llamada Mazatepec (Cerro del venado), lugar donde actualmente se encuentra el basurero a cielo abierto municipal. Tal vez habría que cambiar el nombre de mazatepec a popokatepetl (poktli=humo, tepetl=cerro), excepto que este no es un volcán, es sólo un cerro humeante, su poktli es producto de la quema de residuos casi todos uniceles, botellas y bolsas plásticas. Las comunidades aledañas a este cerro tienen contaminado el aire, suelo y por los lixiviados, su agua, pues en la base del cerro renombrado por mí como Popokatepelt, existe una barranca.

Por su puesto ya no hay venados en esta zona, se refugian tras el cerro de Crusco, cerro dónde se venera al ocelotl (jaguar) pero se tiene olvidado al masatl.

Como vemos, el exterminio de ’silvestres’ orquestado por ’salvajes’ no sólo se da con escopetas, también con el vaso -que una vez terminado el atole tiramos-, la botella de refresco e incluso las frituras y agregado a la lista de ’postas’ están ahora los cubrebocas.

Probablemente en Guerrero no se le venere como en Sonora y Sinaloa por no ser una deidad antigua. En esa región los mayos y yaquis bailan la danza de los pascolas y venados para la petición de lluvia. Para la cosmovisón wixárika el venado es sagrado (investigar la leyenda del venado azul).

Aunque aparentemente aquí se respete al jaguar tampoco se cuida el hábitat que en otro tiempo compartió con el venado y con el tlacuache, otro olvidado o peor, aborrecido por su apariencia.
Por su parte la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas está trabajando proyectos importantes en coordinación con habitantes de las diversas regiones y sería de mucho apoyo la adhesión de las dependencias citadas –con su respectivo aporte monetario- así como el apoyo de la academia para mayor alcance y éxito en proyectos de preservación.

Así como implementar planes de desarrollo territorial para que los asentamientos humanos y caminos no dañen el hábitat natural de la vida silvestre mediante el cumplimiento de las Manifestaciones de Impacto Ambiental a cabalidad. Incluyendo en esto las obras de minería e hidroeléctricas.

Este Día Mundial de la Vida Silvestre habría que ver a nuestro alrededor para darnos cuenta de quién es realmente el ser pensante, el más evolucionado o si sólo somos salvajes con ropa de Shein.