Cuando un amigo se va...

ASUNTO: EPÍSTOLA PARA ALBA ROSA...

ASUNTO: EPÍSTOLA PARA ALBA ROSA...
Cultura
Septiembre 13, 2015 09:42 hrs.
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Juan López › codice21.com.mx

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Cuando un amigo se va, es verdad, se trata de un adelanto. Un día seguiremos esa senda, pero es tanto el trajinar de la rutina que se nos olvida: la vida es una fuga que va en huida hacia adelante donde no hay voluntad de ninguna naturaleza que la detenga.

Dios es sumamente cuidadoso. Tiene para sus creyentes un limbo en vez de un purgatorio. En un cielo sin escalones, el hombre bueno de mente sana, recibirá la bienvenida celestial con toda la dignidad que supo originar y crear en los andurriales de esta vida terrestre,ese sentido del verbo amar en todas sus conjugaciones que mucho tiene de pecado venial: la existencia es una angustia permanente que sólo en la fe encuentra reposo. El fin es temporal.

Sergio Fernando era un trovador etiquetado en el corazón por una flecha celeste. Tenía la paciencia de Job en sus quehaceres. Pocos hombres como él acumularon tanta experiencia. Era un sabio que por sus venas corría el conocimiento de haber vivido siete décadas de cantar a los cantares como Salomón en el Viejo Testamento. No le era ajeno nada a esa comprensión humana de asimilar entre lo bueno y lo malo, lo mejor para hacer con la rudeza del camino algo placentero en una caminata por el sendero de la inteligencia.

Alba Rosa, la viudez no es un estado anímico. Es más, no existe. Porque las raíces que segmentan a los seres amados penetran muy hondo, hasta las profundidades de lo eterno. Buena la solidez de un matrimonio, si ni la muerte los separa. Jesús en la Boda de Caná previno la disolución marital cuando la muerte arisca visitara a la pareja. La filosofía sostiene lo contrario, sólo muere lo que se olvida y quienes conocimos a Sergio Fernando, disfrutamos su sentido del humor, compartimos con él gustos musicales y trovas románticas, estamos ciertos de que es un caballero que pertenece a la clase de hombres que no se olvidan, porque su huella es perenne, maciza como el torrente de su voz que con los años fue mejorando en su armonía, cadencias, melodías y arpegios.

No pienso mal si sostengo que su guitarra competía con Alba Rosa en materia de compañía. Féminas ambas. Una para las caricias, la otra para el rasgar de los dedos que convertían en sinfonía una tonada callejera que juraba… Quien sepa de amores que calle y comprenda… Si te acuerdas de mí, no me menciones… Si la noche espera todo el día, espera tú también… Era el último brindis de un bohemio por una reina… Aún la nave del olvido no ha partido… Y hoy resulta que no soy, de la estatura de tu vida…

Y después la jarana sudamericana: la cordillera andina: oímos El Cóndor Pasa y Gracias a la Vida que me ha dado tanto, con Chabuca Granda y Violeta Parra y Víctor Jara el mártir y Atahualpa Yupanki y Facundo Cabral que fueron su fascinación.…

Sergio Fernando fue trovador. La tertulia es nocturna porque tiene pacto con la luna y busca en los perdularios el sentido de la bohemia. Su vida fue un racimo de oportunidades, esposa, hijos e hijas, familiares, amigos que compartimos la tristeza este día pero, que todos tenemos la esperanza de una resignación imperecedera porque justo es que nunca lo olvidemos.

PD: “Cuando un amigo se va, queda un vacío en el alma”: Alberto Cortez.

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