En Acapulco, es común ver a niños que les ayudan a sus padres con los gastos de la casa, por lo que menores de entre cinco y siete años tienen que salir a las calles a vender algún producto o entrar a trabajar en alguna empresa o negocio, ya que a su familia no le alcanza para brindarles educación, por lo que desde pequeños se comienzan a ganar la vida como pueden.
En la Escuela Federal Rural “José Agustín Ramírez”, zona Escolar 042, sector 05, Amatillo, comunidad de Acapulco, es común ver a un niño de 10 años vender nieves a los alumnos de la institución educativa, por lo que al preguntarle su nombre se negó a respondernos, sin embargo, comentó que él no sabe leer, ni escribir y que le tiene que ayudar a su mamá para mantener a sus cuatro hermanos, ya que su padre los abandonó y su mamá tiene que lavar ajeno o alquilarse para limpiar casas para subsistir.
Al preguntarle a unos padres de familia que se encontraban en la secundaria, el señor Martín Galeana Soto, mencionó: “Ese niño debería estar estudiando, muchas veces sus padres los mandan pequeños a trabajar, con el argumento que no alcanza el dinero, pero yo opino que debería de ser un delito que los hijos en lugar de ir a la escuela, tengan que trabajar para llevar el sustento a sus familiar”.
También, Leonardo Cervantes, dijo que “es muy cierto, los niños deben estudiar y no trabajar, por lo que estoy de acuerdo en que debería haber un castigo para los que se dicen ser padres y no pueden mantener a sus hijos, mientras que ellos no pueden prepararse por estar pensando en que le tienen que ayudar a sus padres a sobrevivir, por lo que también urge que las autoridades atiendan esta problemática y haya becas para este tipo de pequeñines”.
Según estadísticas, a los niños y niñas que desempeñan un trabajo económico se les llama ocupados, en esta situación en México hay tres millones 14 mil 800 personas de cinco a 17 años, de los cuales 67 por ciento son niños y 33 por ciento niñas.
Menciona que los principales motivos por los cuales los niños y las niñas realizan algún trabajo es porque en el hogar necesitan de su sueldo para pagar su escuela o sus propios gastos y para aprender un oficio. De los niños y las niñas ocupados, 25 por ciento recibe hasta un salario mínimo, 24 por ciento de uno a tres salarios mínimos, dos por ciento recibe más de tres salarios mínimos y 47 por ciento no percibe ninguna remuneración.
Los niños y niñas que trabajan lo hacen principalmente en el campo, en el comercio y en los servicios, sin embargo, específicamente en Acapulco, es común observar en las calles a menores que venden algún producto como churros, flores, dulces, entre otros, sin que tengan la posibilidad de asistir a la escuela.