En su mirada negra, de un negro tan profundo,
y en sus gigantes ojos de asesina precoz.
Llegué a mirar a veces la pequeñez del mundo,
y através de esos ojos... sentirme más que Dios
Tenerla asi a mi al lado. Era lo que importaba
sin existir la Gente, solo éramos los dos.
A mi la vida misma de sobra me estorbaba
y nada me faltaba… ¡Si yo era más que Dios!
Pero Dios no permite tal blasfemia en mortales
y sin más una tarde: Me enseño su poder
Me volvió como un loco, que no esta en sus cabales...
La apartó de mi lado para nunca volver…