**Desvergüenza de algunos comunicadores provoca fricciones con funcionarios y políticos
Informador de Guerrero
La desvergüenza de algunos quienes se dicen comunicadores o trabajadores de algún medio de comunicación, ha provocado fricciones entre funcionarios y políticos de todos los niveles en Guerrero, hasta el grado de que con el pretexto de sacar alguna información de interés público, se pida o exija alguna prebenda por parte de los representantes del gobierno, lo que ha generado la idea equivocada de que todos los periodistas son “chayoteros” o chantajistas.
En días pasados, un hecho causó polémica en el gremio periodístico. El rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán, abrumado por varios “mochilones” que le exigieron dinero en efectivo con el pretexto de publicarlo, en el evento del Fórum Imperial, donde estuvo de visita el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, negó la entrevista a la reportera del medio digital “Bajo Palabra”, Elideth Nicolás Ramos, a quien le reiteró que no traía dinero, no obstante, ante la desvergüenza de los primeros, no se dio cuenta que la que preguntaba, era una auténtica comunicadora joven, que lo único que quería era realizarle algunas preguntas para su medio.
Sin embargo, el rector de la UAGro, Saldaña Almazán, tenía razón en una cosa, no traía dinero para esos farsantes del periodismo, a quienes se les ha permitido engañar y fomentar la cultura del “chayo” como pago para la difusión de la información, idea equivocada que han comprado muchos políticos y por la que pagamos justos por pecadores, como le sucedió a la compañera Elideth Nicolás.
No obstante, no tratamos de justificar la actitud del rector que para algunas personas fue grosera, pero que para los que conocemos del tema y sabemos cómo se las gastan los “mochilones”, es una reacción ante tanto abuso por parte de quienes utiliza la noble labor de informar, para chantajear, insultar, exigir, entre otras cosas, por una información que jamás conocerá la opinión pública, ya que sus medios son fantasmas o muchas veces, ni prender una computadora saben.
Estas personas no tienen la menor idea de lo que es mantener informada a la sociedad, sin embargo, piensan que por traer una grabadora o una cámara sin pilas, pueden exigir entrevistas a cualquier autoridad o empresario, la cual jamás publican, pero por la que sí exigen una cuota económica, que oscila entre los 20 y 100 pesos, lo que ha causado confusión entre los servidores públicos, los cuales, se quedan con la idea de que todos los miembros de la prensa se manejan de esa manera.
Ante tal plaga de pseudoperiodistas, los verdaderos reporteros debemos cerrar filas y desenmascarar a estos vivales que no saben ni escribir su nombre, pero que cuyo mal, afecta a los comunicadores que necesitan sacar la información, la cual les es negada por lo funcionarios que prefieren evadirlos, antes de ser víctimas de farsantes que no tienen ni la menor idea de lo que es periodismo.