La emisión de gases de efecto invernadero (GEI) es un motor clave del calentamiento global, que a su vez provoca el derretimiento de los polos, el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos.
A nivel mundial, las emisiones totales de GEI aumentaron un 1.3% interanual. El informe "Brecha de Emisiones 2024: No más promesas de humo..." del Programa de la ONU para el Medio Ambiente advierte que, para evitar lo peor del cambio climático y limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados, las emisiones deberían disminuir un 9% anual hasta 2030. Sin embargo, las políticas actuales apuntan a un aumento catastrófico de la temperatura de 3.1 grados centígrados a finales de siglo.
China, Estados Unidos e India son los principales emisores de GEI, representando aproximadamente la mitad de las emisiones globales totales durante 2023.
En 2023, el sector energético continuó como el mayor contribuyente mundial a las emisiones, seguido por el transporte, la agricultura y la industria.
Presentado en la conferencia mundial sobre biodiversidad COP16 en Cali (Colombia), el informe rastrea la brecha entre las emisiones globales que se proyectan y las que deberían producirse para limitar el calentamiento a los 1,5 grados.
Según el informe, ese objetivo desaparecerá en pocos años a menos que las naciones se comprometan colectivamente a reducir el 42% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030 y el 57% para 2035 en sus planes nacionales.
Esos planes esbozan medidas para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos climáticos, desde sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos, asegurando los fondos necesarios y actualizando los objetivos cada cinco años.