Los marcadores en la pantalla bien podrían confundirse con una lección de código computacional: 10, 10, 10, 10, 10, 10, 10. De cierta forma, lo fue en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Las clavadistas chinas están programadas para buscar la perfección desde temprana edad. Fue justo lo que hizo el jueves Quan Hongchan, de 14 años, con dos de sus cinco clavados durante la dominante exhibición que le valió el oro en la plataforma de 10 metros.
Los siete jueces le dieron a Quan dieces perfectos en su segundo y cuarto clavados de la competencia de cinco rondas.
Quan dedicó la victoria a su madre, que está enferma.
’Quiero ganar suficiente dinero para mantenerla", dijo a través de un intérprete. ’Escucho a mi entrenador con mucha atención y sigo sus instrucciones con mucho cuidado".