La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró este martes que es mentira que administrar paracetamol (Tylenol) o vacunas a las mujeres embarazadas pueden provocar autismo en recién nacidos, con lo que desmintió las afirmaciones hechas por el Presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump.
"Algunos estudios de observación han sugerido una posible asociación entre la exposición prenatal al paracetamol y el autismo, pero las pruebas siguen siendo inconsistentes", declaró el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic.
Al ser cuestionado durante una conferencia de prensa sobre las declaraciones del mandatario estadounidense, recalcó que las investigaciones realizadas no han demostrado que exista una relación entre el consumo de paracetamol o la aplicación de vacunas con casos de autismo.
Donald Trump afirmó en una conferencia de prensa celebrada el lunes que el paracetamol (Tylenol), medicamento para tratar el dolor considerado como uno de los más seguros, puede provocar autismo en recién nacidos si se administra a mujeres embarazadas, esto sin tener ninguna prueba científica que lo respalde.
A partir de ello, Trump afirmó de que la pobreza en Cuba ha librado a los cubanos de presentar autismo.
’Quiero decir, hay un rumor, y no sé si es cierto o no, de que en Cuba no tienen Tylenol porque no tienen el dinero para Tylenol. Y que prácticamente no tienen autismo, ¿de acuerdo? Cuéntenme sobre eso’, dijo Trump en un evento el lunes donde instó a las mujeres embarazadas a evitar tomar Tylenol, que él afirmó —a pesar de la falta de evidencia científica— podría causar autismo en sus hijos por nacer.
El mandatario estadounidense también desaconsejó a las futuras madres aplicarse vacunas e incluso recomendó no aplicar la vacuna contra la hepatitis B a recién nacidos, argumentando que "es demasiado líquido, demasiadas cosas diferentes están entrando en ese bebé’.
Ante tales declaraciones, el portavoz de la OMS respondió descalificando las afirmaciones del Presidente de EU y aseguró que "las vacunas salvan vidas. Las vacunas no provocan autismo.
Durante el embarazo, el uso de analgésicos se considera generalmente un riesgo, pero los trastornos del desarrollo neurológico, incluido el autismo, están relacionados con riesgos poligénicos, explica Christine M. Freitag, directora del Departamento de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Psicosomática y Psicoterapia del Hospital Universitario de Fráncfort. Esto significa que dichos trastornos no pueden atribuirse a un gen en particular, ni a un solo ingrediente activo de medicamentos.
Desde una perspectiva científica, responsabilizar a un ingrediente activo del autismo no es sostenible, y los estudios realizados no han demostrado un efecto causal, solo un aumento mínimo del riesgo, añade la especialista.
Jasarevic también hizo referencia a la sugerencia de Trump de espaciar las vacunas en el tiempo y defendió el calendario de vacunación propuesto por la OMS. "Este calendario es esencial para la salud y el bienestar", comentó, en un momento en que disminuye la vacunación infantil en todo el mundo. Y explicó que, cuando los calendarios de inmunización se retrasan, interrumpen o alteran sin una revisión de la evidencia científica, "hay un fuerte aumento del riesgo de infección no solo para el niño, sino también para la comunidad en general".Con información de DW