A casi 200 años de la muerte de general Vicente Guerrero Saldaña, ocurrida en 1831; la máxima tribuna de debate político, el Senado de la República, reconoció al afromexicano, consumador de la Independencia de México (1821) y colocó su nombre con letras de oro en el Muro de Honor, ubicado en el salón de plenos, del la Cámara Alta.
Libros de texto y de historia de México han definido al general del Ejército Trigarante como -mulato-, término instaurado como una casta por los españoles, invisibilizando el origen de su sangre y omitiendo el doloroso proceso de la conquista del país.
Actualmente, la lucha afromestiza y afrofeminista ha pugnado para ser vista, reconocida, tener legislación y progreso para los pueblos de origen afro, por lo que es el estado de Guerrero la entidad federativa con la tasa más alta de personas que reconocen su origen africano.
Beatriz Mojica Morga, ícono político de los pueblos afrodescendientes, fue la principal impulsora para que Vicente Guerrero fuera redignidicado como el primer presidente de México con dicho origen y este primero de abril fue develado su nombre con letras de oro, este mismo día pero de hace 196 años, (1829), nuestro Prócer tomó protesta como presidente de la naciente República Méxicana.
Hoy en el Muro de Honor puede leerse ’Vicente Guerrero afromexicano, consumador de la Independencia.
Al evento fue invitado además de la gobernadora del estado Evelyn Salgado Pineda y Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; Don Vicente Pantaleón Guerrero, quien pertenece a la séptima generación del insurgente, cuyo legado ha inspirado las más nobles y leales luchas por la libertad, la democracia y el bienestar del pueblo mexicano.
Vicente Ramón Guerrero Saldaña abolió la esclavitud en el país. Fue estratega militar, invencible sólo con traición, liberal, formuló el Plan de Iguala, dirigió el Ejército Trigarante, pactó mediante el abrazo de Acatempan; la historia cuenta que cuando su padre le pidió que salvara su vida y se retirara de la lucha de Independencia, sabiamente respondió, ’No padre, tu voz para mí es sagrada, pero mi patria es primero’, cuya frase lo inmortalizó y lo convirtió en uno de los más grandes símbolos del patriotismo en América.