“Para que la cuña apriete, debe de ser del mismo palo”, reza popular refrán mexicano, mismo que se puede aplicar a la obra literaria del profesor sindicalista Enrique Arreola Ochoa denominada “Sobre la sucesión del SUSPEG”, la cual desnuda a dicha “central obrera” como una de la más “charras”, que se perdió en el servilismo y entreguismo de los dirigentes estatales que pasaron por ahí hacia el gobernante en turno.
El autor, quién es profesor de economía en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) hizo un ensayo político sobre el Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero, pero no desde afuera, sino desde las mismas entrañas del dinosaurio que en este año cumplió 70 años de entreguismo al patrón, que como varios partidos políticos, ha perdido el rumbo y su esencia social.
Cabe destacar que el trabajo de Arreola Ochoa no fue un simple análisis de apreciación sino una verdadera investigación desde que nació el SUSPEG, allá por el año de 1945 con Benjamín Mora Chino hasta llegar al desaparecido Nadín Torralba Mejía, Luis Román Miranda y David Guzmán Sagredo, pasando por el peor dirigente que haya tenido, que fue el beodo David Adame Vázquez.
El libro Ensayo Político “Sobre la sucesión en el SUSPEG” del Autor Enrique Arreola Ochoa, sindicalizado suspegista, que estuvo conviviendo varios años entre las patas del dinosaurio longevo, está muy interesante, principalmente para los trabajadores que desean un SUSPEG combativo, revolucionario, no sumiso, que verdaderamente defienda los intereses de la base trabajadora y los representantes estatales no sean “Damas de Compañía” de los Gobernantes en turno, no sean arrastrados y agachados ante el patrón.
Desde hace mucho tiempo, el escritor ha criticado el centralismo en las decisiones del sindicato y el entreguismo del gremio más grande de Guerrero al mandatario en turno, donde expone que la base trabajadora tiene gran culpa de lo que pasa por permitir la llegada de líderes que llama despectivamente “gusanos”.
En tres lustros el sindicato ha perdido el rumbo, anda extraviado en el laberinto del “charrismo”. Dirigentes y el propio H. Consejo Técnico Consultivo y el H. Congreso General Permanente han violado los reglamentos y estatutos básicos del SUSPEG sin que se les apliquen las sanciones previamente establecidas. La impunidad también es una de las constantes.
Es interesante la obra pues señala en capítulos la caída de David Adame Vázquez, el fugaz interinato de Mario García Ortíz y la intromisión en la vida sindical de políticos y gobernadores como Manuel Añorve Baños, René Juárez Cisneros y el cuestionado Zeferino Torreblanca Galindo.
La obra escrita es muy interesante y nadie de los dirigentes del SUSPEG a nivel estatal o seccional te lo va a recomendar, por eso, el libro Ensayo Político “Sobre la sucesión en el SUSPEG” lo hace más interesante.
En el libro de Enrique Arreola se considera a Luis Román Miranda como “una acompañante del gobernador Zeferino” y que en su periodo se dejó de luchar y pelear por aumentos salariales y se aceptaba lo que decía el secretario de Finanzas. Mismo caso con el renunciado gobernador Ángel Aguirre Rivero.
En el “recuento de los daños” se señala que pocos líderes han querido el bienestar genuino de la base. Han pasado 29 secretarios generales y una sola lideresa, Isabel Robles, que le hizo marchas al ex mandatario Rubén Figueroa Figueroa, quien intentó golpear a la dirigencia y trató como retrasados mentales a los trabajadores.
Es tan completo el ensayo, que señala los compromisos con los trabajadores del SUSPEG, como lo es el fortalecimiento económico urgente del ISSSPEG que garantice el cumplimiento de todas las prestaciones de seguridad social, pero sobre todo, de las jubilaciones y pensiones, ya que el organismo está descapitalizado y hay muchos incumplimiento para los adultos mayores, quienes ya trabajaron y se ganaron un derecho que por ley les corresponde, pero que hoy en día hay mucha incertidumbre al respecto.
Por cierto, el periodista Zacarías Cervantes hizo una excelente presentación de “Sobre la sucesión del SUSPEG”, donde reconoce que al principio se equivocó, ya que el autor narra al “dinosaurio” con todos sus business, negociaciones, amarres y acuerdos bajo la mesa, y precisa que con los señalamientos y las críticas se puede enderezar el rumbo de la dirigencia, que bien lo necesitan los agremiados.