• ¿Tiempos ominosos para la sociedad?
Alfredo Guzmán
Un amigo comentó en mi presencia, quizá para burlarse, que mientras yo me he pasado 10 años llorando y criticando a la izquierda, él se ha pasado 10 años viviendo como se vive cuando tienes cercanía con el poder. Y él presume ser de izquierda. Yo ya no me acuerdo.
La única respuesta que hice, es que puede ser cierto, pero la recompensa está en el crédito de lo que digo y la imagen que tiene cada quien en los medios. En comunicación, la imagen y el crédito, cuenta. Y como dijera recientemente el prócer de Ometepec, Ángel Heladio Aguirre Rivero, tengo la conciencia tranquila.
Ni tanto, pues. Ya en tono más serio, quisiera que el ex gobernador del estado de Guerrero me pasara el nombre de su terapeuta, porque aún no logro borrar de mi mente, cuando era acólito de la iglesia de la Guadalupe, allá en la colonia Pénsil de la ciudad de México y me robaba las limosnas. Había hambre, y dice Dios, que si es para comer, no hay tos. Pero aún algo queda en mi conciencia.
Lo cierto, es que hay sátrapas, que matan, roban, mienten, corrompen y hacen lo que les permite el poder y siguen tan campantes. Bueno, hasta tienen proyectos para seguir repitiendo lo mismo. Eso sin duda es poder. Pero si me preguntan quién tiene en este momento mejor imagen entre Figueroa y Aguirre, Figueroa, sale ganando. Quizá por la cercanía de los actos de cada quien.
Y si alguien perdió en el estado de Guerrero, por su relación con políticos corruptos, como Carlos Zeferino Torreblanca Galindo y Ángel Heladio Aguirre Rivero, fue la izquierda, quienes hoy cargan con una lapa terrible. Y a quien se llevaron entre las patas, fue a la sociedad de Guerrero.
Lo cierto, es que hoy podemos partir la historia, como referencia, al antes del 26 de septiembre del 2014 y después de esa fecha. Y las circunstancias han cambiado para todos.
Han sido tiempos ominosos. Y esas circunstancias no nos quieren permitir levantar la cabeza. Hay quienes de ello han vivido bien desde el día de la desgracia.
Hay quienes han buscado utilizar esa desgracia para levantarse en armas y convocar a la sociedad.
A unos les da aire a sus reclamos, para exigir rupturas sociales. A otros, les permite exigir derrocar las Reformas Constitucionales. No a la ley de educación, porque es nociva y me corren si falto al trabajo o porque es una ley que reprime. No a la apertura de Petróleos Mexicanos, porque es una traición. No a la ley de Comunicaciones, porque afecta a Televisa y a Tv Azteca. Y párele de contar.
Lo cierto es que la ruptura social que provocó Iguala y su circunstancia, pega duro y perdurará en el tiempo. La situación para los nuevos gobiernos, no será buena, ni simple. Para quien logre percibir el impacto que generó Iguala, es que desde ese momento, los gobiernos de todos los niveles dejaron de funcionar en Guerrero.
Por lo pronto a los grupos de delincuentes que se enriquecen con el tráfico y venta de estupefacientes, como la heroína, sustancia sustraída de la goma de opio, está en su apogeo en la sierra de Guerrero, y la pugna ha subido de tono al grado de que hubo reportes ayer de que, una banda utilizó helicópteros, para el traslado de su personal en la zona de Chichihualco, entrada a Tlacotepec y sus bosques, donde la amapola crece con el rocío de la mañana. Y el ejército, como si nada. Claro, los pobladores, defienden a un grupo. El ejército, no lo sé.
Las plazas de venta de drogas, son disputadas por grupitos de 10, que son difíciles de controlar. Pero hay un fuerte que los surte. En Chilpancingo, el secuestro y el hurto, sigue viento en popa. Supongo que en Acapulco, Iguala, Zihuatanejo, Ciudad Altamirano y toda la Tierra Caliente, está igual.
Los gobiernos municipales, son incapaces de hacer algo. No tienen con qué.
El gobierno que termina, se va haciendo lo que puede. Habrá que esperar si el que llega puede hacer lo que tiene pensado, para fortalecer la paz social. Tres problemas tiene Guerrero, dice el nuevo gobernador Héctor Astudillo Flores. Educación, financiero y la inseguridad. Promover obras de impacto social sería una solución. Pero no hay ni condiciones, ni recursos financieros, ni la capacitación necesaria para poder aspirar a algo mejor. Y la salud, la vivienda y todo lo demás. Establece un escenario, casi para llorar.
Pero algo tiene que ser mejor, para poder seguir soñando. Enhorabuena y felicidades mil para todos y todas. Es lo único que se me ocurre desearles a quienes puedan leer hasta aquí. Gracias.
Comentarios; Facebook: Alfredo Voyerista Guzmán, Voyerista Comenta y Magos de la Imagen; Twitter: Alfredo Guzmán; Messenger: voyer54@yahoo.com.mx y voyer_guz@hotmail.com