Entiendo a quienes con urgencia reclaman solución a demandas no resueltas en años. Aunque no justifico sus planteamientos, de buscar encontrar culpables inmediatos, cuando no se tuvo el mismo valor y la entereza de reclamarles a los anteriores gobernantes. Pero se vale.
Hoy, muchos de aquellos que solapaban y omitían hablar de muchas cosas, hoy se rompen sus vestiduras, exigiendo solución a elementos que se fueron deteriorando en extremo. Ya por la corrupción imperante, omisión o simple colusión.
Platicando con un priista, que hoy regresa al poder, reconoce que las cuestiones que no se hicieron bien en su momento, hoy, tienen una dimensión mucho más grande, porque en esencia, no se trabajó sobre la base del desarrollo. No busca culpables, se reconoce, como parte de ellos.
Y reconoce que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su militancia en parte, es culpable de eso. Partiendo de esa premisa, cree que lo que sigue, es trabajar en fomentar el desarrollo, no con vendas, ni curitas. El estado de Guerrero, requiere cirugía mayor. Al menos hay visión autocrítica.
El mismo entrevistado, asume que como gobierno estatal, se deberá atacar, la simulación, la corrupción, la falta de transparencia en las acciones y en el gasto y que quien piense que los priistas regresan al poder, para enriquecerse, mejor, deberá regresarse a su casa, indicó.
Asegura que muchos jóvenes priistas, tienen ideas extraordinarias, que tienen que ver con la ecología, el desarrollo sustentable, el respeto a los derechos humanos y a ellos el nuevo gobernador, les está abriendo las puertas. Es decir, hay un entreveramiento generacional, que será benéfico al estado, aseguró. Cree que la conjugación de juventud, con experiencia, traerá beneficios para el estado. Ojalá, pues ya no estamos para ocurrencias, ni para jugar al poder.
Pero lo cierto, es que las mismas presiones que recibe el nuevo gobierno del estado, las está recibiendo el presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, gobernante municipal de la principal plaza económica y con la mayor infraestructura en servicios, del estado de Guerrero. Las presiones vienen de muchos lados y de muchas formas.
Pero todos los ediles, deberán empezar a ordenar la casa. Muchos lo están haciendo. El gobierno estatal y los municipales, se están acomodando. Creo, que a todos, hay que otorgarles el beneficio de la duda. Hay que darles tiempo, para que empiecen a recibir los recursos financieros y las ministraciones que les corresponde, para que puedan imprimir su estilo.
Pero los que quieren ser más que el poder, tienen una guerra por los espacios y eso era de esperarse.
En Chilapa, en Acapulco, en Chilpancingo, en fin, en varias plazas, la guerra sucia entre ellos, ha sido sin cuartel. Pero es de esperarse que las fuerzas federales, quienes tienen la responsabilidad de hacer ese trabajo, lo hagan. Lo mismo, han empezado a buscar hacer los ediles en sus municipios, quienes tienen que coordinarse, para entrarle mejor, y sin margen de error.
La sociedad guerrerense, está desesperada. Y era de esperarse. Pues los 10 años transcurridos entre los dos gobiernos pasados, han sido, sin duda como 10 minutos bajo del agua, pero sin tanque de oxígeno y picándonos las costillas.
Los cambios deberán ser paulatinos y ahora que la gente está más despierta, que las redes sociales son implacables y que la sociedad está más activa, muchas cosas, ya no podrán ser como antes.
Ayer como ayer, hoy, como hoy. Pero la sociedad deberá tener tolerancia. Un poco, claro, pero deberá estar con los ojos y la mente abierta, para exigir, que los compromisos se cumplan. Pero para que ello ocurra, deberán pasar algunos meses. Y si luego no hay cambios positivos, que no es cosa de magia, sino de organización mejor.
Entonces, si habrá necesidad de organizar el reclamo. No quemando oficinas, ni destrozando edificios. Sino, también con inteligencia. Entiendo que ahora la premisa es escuchar. Eso es una obligación.
Hay que esperar y razonar el reclamo. Pero también hay que participar en la solución de los problemas. Estar ahí, cuando los gobiernos nos convoquen y trabajar, pues la responsabilidad es de todos. Así sea.