¿Intrigas del poder?
Alfredo Guzmán
’Siempre que leas una noticia, observa qué dice, verifica el contexto en el que se publica, busca si se relaciona con otra información, quién es la fuente y es posible encontrar el propósito. De esa manera podrás establecer el objetivo’: Mario Campos, politólogo mexicano en su reciente curso, de manejo de crisis informativa en la Ciudad de México al que asistí la semana pasada.
Cuando leí que la Fiscalía solicitaba orden de aprehensión contra un diputado local en funciones, por un delito del fuero común, me pregunté ¿Serán tan pendejos? Por más, creo que no.
Entonces mi espíritu investigador hizo mover a la ratita y que empiezan a aparecer antecedentes.
Saúl Beltrán Orozco es diputado priista por el Distrito 17, que se ubica en la Tierra Caliente. Lo acusan de ser compadre y cómplice de Raybel Jacobo de Almonte (a) el Tequilero. Además de una muerte de un testigo de otra muerte. Suena chusco, pero así es.
Quienes lo acusan son sus contrincantes, que pertenecen al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Entre ellos Juan Mendoza Acosta, actual edil de San Miguel Totolapan y el ex presidente municipal de Zirándaro y actual diputado federal por el PRD, Catalino Duarte Ortuño.
Catalino Duarte Ortuño declaró recientemente en la crisis de autodefensas que tomaron la cabecera municipal de San Miguel Totolapan, que se enfrentaron al Tequilero y que él financiaba y operaba el retorno de personas secuestradas por el Tequilero, reteniendo a la madre de éste y a una regidora priista de nombre María del Carmen Barrera Navarro, ’hasta que el ingeniero Isauro de Paz Duque regrese ’sano y salvo’.
Los perredistas acusan a Saúl Beltrán Orozco de ser cómplice del Tequilero y éste los acusa de estar coludidos con Jhonny Hurtado Oloscoaga (a) ’el Pez’ quien defiende los intereses de la Familia Michoacana en esa zona de Guerrero.
Luego entonces en una guerra entre cárteles como el del Tequilero y el Pez, los políticos, quieren que las policías, les limpien el camino, para que se quite uno y entre el otro. O sea ni a quién irle.
Al tratar de indagar sobre quién emitió la orden de aprehensión contra el diputado local Saúl Beltrán, se pudo conocer que el Ministerio Público (MP) donde se hizo la denuncia, fue amenazado y de la misma manera el Juez que emite la orden de aprehensión, lo hizo bajo amenaza de muerte. Terrible, pero cierto. La fiscalía y el Tribunal Superior de Justicia, a donde pertenecen el MP y la Juez, ya investigan el caso sonado.
¿Quien los amenazó y porqué? Es evidente que pertenecen a los grupos en pugna.
Está claro que si el actual diputado local por el distrito 17 de Tierra Caliente Saúl Beltrán Orozco, tiene responsabilidades legales, será desaforado. Pero si por el error de haberle dictado orden de aprehensión, siendo Diputado, le entregan armas para reclamar que no se respetó el Debido Proceso. Y quien sugirió denunciarlo ante el MP y luego exigir a la Juez, liberar la orden de aprehensión, es un imbécil. O quizá no se buscó implicarlo, sino simplemente hacer ruido, una bola de humo, para buscar desacreditar al actual diputado priista.
Y los perredistas, presentarse como blancas palomas, cuando recientemente fueron evidenciados por cuidar los intereses de la Familia Michoacana.
Cabe mencionar que tanto el Tequilero y el Pez, era de la misma banda. Luego el Tequilero se deslinda y busca cobijo con otro cartel y rompe con sus ex compañeros.
Lo cierto, es que las bandas dominan buena parte del estado. Por ejemplo, en el reciente conflicto de Petaquillas, en Chilpancingo, entre organizaciones como la FUSDEG y la UPOEG, unos querían que el gobierno sacara a la UPOEG y que se quedara la FUSDEG. O sea que les limpiara el camino, para controlar desde Xaltiaguis hasta Chilpancingo. Se entiende que el acuerdo fue que Petaquillas, dejaría de ser FUSDEG y hasta el comisario tuvo que renunciar. Ahora ya es de otra organización y por el momento ellos contentos.
Se entiende que el gobierno no se involucrará con las bandas y serán ellas las que resuelvan sus conflictos, hasta que el gobierno federal y la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina, los meta en cintura. Complejo, pues.