Los científicos encontraron en el sur de Perú, donde se encuentran las famosas líneas de Nazca, nuevos trazos que estuvieron ocultos durante más de 1000 años.
A diferencia de las líneas conocidas hasta ahora, las nuevas no eran tan visibles pues, con el paso del tiempo, se fueron desgastando hasta convertirse en débiles marcas en el suelo. Para la visión humana, detectar las líneas habría sido imposible. Pero, como el estudio se realizó con drones de una calidad increíblemente alta, dichos trazos nuevos fueron identificados. Para hacerlo, utilizaron técnicas basadas en el escaneo tridimensional del terreno.
Hasta el momento, las líneas eran estudiadas con satélites, a cientos de kilómetros de altura. La ventaja de los drones es de que vuelan mucho más cerca (a 200 metros o menos), por lo que tienen una visión mucho más certera. Pueden ver, incluso, líneas de menos de 2 centímetros de ancho.