*(Carta a Don Héctor)
Julio Ayala Carlos
ES CIERTO. UNA GRAN PARTE de los mexicanos esperan con ansias la llegada del Papa Francisco al país, pero lo es también que otra gran parte no les va ni les viene su visita, y otro grupo más pequeño hasta lo insulta porque considera que la Iglesia católica, apostólica y romana que encabeza, es la Babilonia de nuestros días.
En efecto, solo la mitad de los mexicanos que profesan la religión católica, que le fue impuesta a nuestros antepasados a base de golpes, maltrato sicológico y torturas, esperan la llegada a nuestro país de quien consideran es el representante de Cristo en la Tierra, el sucesor de san Pedro, el Santo Padre o su Santidad. Su sola presencia en nuestro país, aseguran los altos jerarcas de la Iglesia católica, es un mensaje de paz, de concordia y de armionía para quienes vivimos aquí.
Pero hay también un 48 por ciento de mexicanos que poco o nada les importa la visita, simple y sencillamente porque no consideran que le beneficie al país, y en consecuencia a ellos, precisamente porque no es con oraciones, alabanzas, y buena fe del Papa Francisco, como va a mejorar su condición de vida, tanto en la obtención de un empleo bien pagado, como en la eliminación de la violencia que azota a México.
Por último, hay otro grupo, también de mexicanos, que no solo critican su visita, sino que hasta la reprueban, al considerar que como cabeza de la Iglesia católica y Jefe de Estado, protege a los curas pederastas, es decir, a los que han abusado sexualmente de niños indefensos, además de que los jerarcas de esta Iglesia, empezando por el Papa Francisco, no precisamente viven pobres como lo fue Jesucristo a quien dicen representar.
LO CIERTO ES QUE LA visita de Francisco a México, no solo es en su calidad de Papa, es decir, de líder religioso, sino también como Jefe de uno de los estados más poderosos del planeta, el Estado Vaticano. Es decir, además de venir a reunirse con quienes creen y profesan la religión católica, a darles un aliento de paz y esperanza, también viene a hablar y a tratar de política con el Estado mexicano que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto.
La propia Presidencia de la República señala que México reconoce al Papa Francisco como Jefe de Estado, por lo que habrá un componente oficial que permitirá un diálogo abierto entre el Sumo Pontífice y el presidente Enrique Peña Nieto, no obstante que su visita a nuestro país es “de carácter apostólico”.
A través de su página de internet, destacó que la visita del Sumo Pontífice a México tiene como propósito ahondar en el fortalecimiento de una relación respetuosa y constructiva, que se traduzca en acciones conjuntas en favor de las mejores causas de la humanidad.
La Santa Sede es, sin duda, un actor estratégico de la comunidad internacional, cuya influencia en el ámbito multilateral —particularmente en temas de interés para México— se ha manifestado claramente durante el pontificado del Papa Francisco.
A horas de la llegada de Francisco a territorio mexicano, la Presidencia de la República reiteró que debido a su investidura religiosa como Sumo Pontífice, la visita del Papa Francisco es de carácter apostólico. “No obstante, al tomar en cuenta que México lo reconoce como Jefe de Estado, también habrá un componente oficial que permitirá un diálogo abierto entre el Papa y el Presidente de la República, así como entre las autoridades de México y la Santa Sede, para explorar los mecanismos que permitan que la relación bilateral siga dando frutos en los temas de interés compartido”.
La presencia del Papa Francisco en México será una ocasión propicia para renovar la voluntad de construir un mundo más humano, fraterno y justo basado en la prosperidad compartida, y con la dignidad humana y el respeto a los derechos humanos como premisas fundamentales.
En suma, el Papa Francisco no solo viene a reunirse con quienes profesan la religión que encabeza, sino también a tratar asuntos de Estado con el Gobierno mexicano, o lo que es lo mismo, viene a hacer política, y obvio, a hacer negocios.
Y precisamente porque también viene a México en su condición de Jefe de Estado, es que nunca, nunca de los nunca va a meterse en los asuntos internos de nuestro país, ya sea en procuración e impartición de justicia, de violencia, o en actos de corrupción de nuestros gobernantes, pues de lo contrario, con todo y que sea o se crea el representante de Jesús en la tierra, podrá ser echado sin ningún problema del suelo mexicano.
A propósito, alguien sabe lo que le cuesta al país la visita del Papa Francisco?
POR ÚLTIMO. El Partido “Verde”, que a nivel nacional regentea una sola familia, y aquí en Guerrero dos que tres vivales, entre ellos el diputado federal Arturo Álvarez Angli, es una vergüenza para México, publicó este jueves el diario El País, luego de que un grupo de intelectuales pide la desaparición de ese instituto político, al que acusan de ser la “expresión más acabada” de la corrupción.
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