El mundo de la moda está lleno de jóvenes talentosos, pero sobre todo atractivos y uno de ellos es Jordan Barrett. El australiano se ha ganado un lugar en las pasarelas por su peculiar y enigmático rostro que cautiva a más de una; sin embargo, también es famoso por ser el hijo de Adrian Barrett, un líder del narcotráfico de dicho país.
El padre del joven es el jefe de una mafia que centraba sus operaciones en el manejo de marihuana y cannabis. En 2013, tanto su papá como su madrastra fueron detenidos en una operación policial que logró desmantelar al grupo del crimen organizado y fueron condenados a ocho años de prisión por tráfico de drogas.
Jordan Barrett también fue investigado porque se creía que estaba vinculado en el delito, al no encontrarse prueba alguna en su contra, fue exonerado y siguió con su carrera en el modelaje, la cual comenzó a los 17 años. Sin embargo, en 2015 por fin logró consagrarse como un top model y trabajó para revistas como VMA, Arena y Homme.
Su primer acercamiento con la moda fue a los 14 años, cuando un agente vio el gran potencial que tenía el rubio, él ignoró la oferta; pero su madre insistió y tiempo después lo impulsó para que se convirtiera en la sensación de las pasarelas con su 1.88 metros, sus finos rasgos y sobre todo su irreverente personalidad.
En muy poco tiempo, ha logrado trabajar con prestigiosas marcas como Tom Ford, Tommy Hilfiger, Balmain, Versace, Moschino, Paco Rabanne; además ha tenido la fortuna de posar para fotógrafos como Mario Testino, Mert & Marcus, Steven Klein o Peter Lindberg. La moda es su pasión, pero el sueño más grande de Jordan Barrett es debutar en cine y convertirse en el nuevo Leonardo DiCaprio.
