Los dos elementos del Instituto de la Policía Auxiliar Estatal de Guerrero -IPAEG-, que aparecieron en un video difundido en redes sociales señalando a los hermanos Montufar Mendoza como responsables de algunos homicidios cometidos en Coyuca de Catalán, lograron escapar y llegar a esta capital para contar a detalle la verdad.
Los elementos del IPAEG, Semeí Aldama Francisco y Adrián Santiago González, ofrecieron una conferencia de prensa a los medios de comunicación, para dar a conocer lo que pasó en realidad en torno a los hechos violentos ocurridos hace unos días en Coyuca de Catalán, dejando ver las huellas de la tortura "inhumana" a la que fueron sometidos por gente armada, para obligarlos a difamar a los hermanos Montúfar Mendoza, originarios de la Tierra Caliente de Guerrero.
Ambos policías confirman que fueron levantados violentamente por presuntos sicarios que los sacaron de la casa del extinto Abel Montufar Mendoza y de ahí fueron trasladados a una "casa de seguridad", desconociendo la ubicación de la misma, sitio donde fueron torturados sin piedad y después los obligaron a ingerir bebidas embriagantes y droga -al parecer cocaína-, además de entregarles una hoja de cuaderno o libreta con el texto que deberían aprenderse de immediato, para que así al momento de ser filmados no hubiera equivocaciones.
Los policías dijeron que sus agresores los obligaron a decir que eran militares y a "culpar" a los Hermanos Montufar Mendoza de ser quienes pagaron por matar a tres vecinos de Coyuca de Catalán, pero en la conferecia de prensa señalaron que eso es mentira y que lo dijeron después de ser torturados y drogados, pidiendo perdón a los Montufar Mendoza por haberlos señalado como homicidas, "acusaciones" que muy pocas personas creyeron pues la trayectoria limpia y productiva tanto pública como política de los hermanos Montúfar es muy conocida.
Los policías que tuvieron la suerte de regresar con vida comentaron que uno de sus compañeros al parecer fue ejecutado y que ellos escaparon de una segunda casa de seguridad, a la que fueron llevados después de que se filmara el video que intentó manchar la reputación de la familia Montúfar Mendoza, solicitando los policías al Gobierno del Estado protección tanto para ellos como sus familares.