¡Jálalo que es pargo!

La inminente entrada en funciones de la llamada Guardia Nacional impulsada por el nuevo gobierno federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador abre nuevas expectativas en el combate a la violencia y la delincuencia.

Más allá de las controversias que pudiera generar el tema de las atribuciones, las cuales deben ser zanjadas con las reformas legales respectivas, debemos partir de la imagen que antecede a las dos instituciones que nutrirán de personal a la corporación policial en ciernes.

En sentido estricto de reconocimiento, nadie puede regatearle a las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional, por su probada lealtad institucional, sentido de solidaridad y disposición de apoyo a la población en general en momentos en que más se requiere.

Los fenómenos meteorológicos, por ejemplo, han puesto de manifiesto ese espíritu de servicio, lealtad y patriotismo de militares y marinos, apoyando en labores de auxilio y rescate, lo que les ha merecido ganarse la confianza, el respeto, y sobre todo el reconocimiento de una sociedad resentida con el actuar de las corporaciones policiacas.

En ese sentido, es válido conceder por lo menos un voto de confianza a los elementos de la nueva corporación que, insistimos, será integrada mayoritariamente por marinos y militares que, bajo los principios de disciplina que se rigen, literalmente estarán acudiendo al llamado de la patria.

Sin embargo, mucho depende también de la participación ciudadana el que esta acción del nuevo gobierno rinda los frutos deseados.

Mientras tanto... ¡Jálalo que es pargo!