No es mentira, es real

¡Jálalo que es pargo!

¡Jálalo que es pargo!
Política
Mayo 26, 2020 08:12 hrs.
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Jacko Badillo › codice21.com.mx

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Lo leo y no lo creo. Es verdaderamente increíble. Si no fuera porque se publicaron las evidencias y de buena fuente nos contaron cómo sucedieron los hechos juraría que no fue real.

Desafortunadamente sí fue cierto y eso no es lo peor, sino que son muchas las personas que actúan así, que a pesar de los estragos que estamos padeciendo la mayoría de las familias acapulqueñas por el Covid-19, ellos insisten en la inconsciencia, en su irresponsabilidad, desacatando las indicaciones de las autoridades sanitarias, violando las restricciones impuestas con base en la ley, y más aún, desafiando a la muerte.

Pensábamos que ya habíamos visto todo cuando supimos de las peleas de gallos organizadas en palenques clandestinos allá por los rumbos del Acapulco Diamante, con más de doscientas personas reunidas.

Pero ahora resulta que sin las medidas mínimas de protección, este fin de semana se celebraron bodas, quince años, bautizos, cumpleaños, además de reuniones convocadas en casas particulares a las que incluso se convocó a través de las redes sociales. ¿Lo pueden ustedes creer?

Cuando cada día que pasa crece el número de muertos e infectados; los hospitales al tope de la atención, algunos ya colapsando como en el caso del ISSSTE, cada vez reduciéndose el número de camas disponibles para atender la pandemia, a algunas personas se les ocurre organizar pachangas, que si bien tienen todo el derecho de hacerlas, definitivamente no en estos tiempos en que la gran mayoría nos estamos cuidando de no ser contagiados.

Vaya, ni siquiera el hecho de que el Ayuntamiento mandó a cavar 300 tumbas, previendo la gran cantidad de cadáveres que está arrojando la pandemia, aunque por como van las cosas, y sobre todo por ese tipo de gente que le importa poco o de plano no le importa, las tumbas que se van a requerir serán mucho más.

Entiendo perfectamente la impotencia que siente la presidente municipal Adela Román Ocampo, al darse cuenta que todos los esfuerzos que se realizan en conjunto con los otros dos órdenes de gobierno, son echados por la borda por un puñado de irresponsables. Son entendibles sus lágrimas surgidas de su sensibilidad como mujer, como ser humano, ante la lucha contra la incredulidad y la desatención de sus gobernados.

Algunos van a pensar que cómo fregamos con este tema, pero mientras las cosas no cambien, mientras esas personas no entiendan que si no nos cuidamos esto no va a terminar, que vamos a seguir viendo como nuestros familiares, amigos, vecinos se siguen yendo en muy poco tiempo, vamos a seguir insistiendo en que acaten las medidas sanitarias y de higiene. Y que por el amor de Dios, todos los que puedan, quédense en casa.

Mientras tanto... ¡Jálalo que es pargo!

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