José Antonio Primo de Rivera


Se convirtió durante la Guerra Civil Española y el gobierno de Francisco Franco en un símbolo de la lucha contra el comunismo. Fue asesinado por los republicanos tras ser acusado de conspiración y rebelión militar durante los primeros meses de la Guerra Civil Española.

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José Antonio Primo de Rivera
Biografías
Agosto 07, 2018 11:21 hrs.
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Genaro Portillo › SN Noticias

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José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, III Marqués de Estella nació en Madrid, España, el 24 de abril de 1903 y fue asesinado en Alicante, el 20 de noviembre de 1936. Fue un abogado y político español, hijo primogénito de Miguel Primo de Rivera y fundador y líder de la Falange Española.

Infancia y educación

José Antonio nació en el seno de una familia noble. De su padre, D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, heredó el titulo de marqués de Estella. Huérfano de madre a los 5 años, fue educado, junto a sus cuatro hermanos, por su tía, la hermana de su padre. Recibió una educación basada en los valores castrenses de su padre y los católicos de su madre y de sus tías. Cursó los estudios de bachillerato desde su casa, instruido por profesores particulares e incluyendo en su formación el dominio de los idiomas inglés y francés.

Estudió en la Facultad de Derecho de Madrid. El primer año de universidad lo cursó, al igual que el bachillerato, desde su propia casa asistido por profesores particulares. El segundo año se incorpora a la vida de la universidad, allí trabó amistad con Ramón Serrano Súñer que junto a Raimundo Fernández-Cuesta se convertirán en sus albaceas testamentarios.

Tras el decreto de autonomía universitaria de 1919 que permitía las asociaciones de estudiantes, forma parte de la dirección de la recién creada Asociación de Estudiantes de Derecho, dirigida por su amigo Serrano Súñer, antagónica de la Asociación de Estudiantes Católicos, dirigida por José María Gil Robles.

En 1922 termina la licenciatura brillantemente.[3] Posteriormente realiza el servicio militar en los Dragones de Santiago. En junio de 1925 se cruzó de santiaguista, cumpliendo con empeño todos los deberes de la orden religiosa y militar[4]. Siendo universitario escoge la modalidad de voluntario de un año y termina el servicio con el grado de alférez de complemento. José Antonio Primo de Rivera vive muy de cerca el golpe de Estado que colocó a su padre al frente del gobierno. Terminado el servicio militar aún pasará varios meses ampliando sus estudios de derecho y, en abril de 1935, se da de alta en el Colegio de Abogados de Madrid y abre su propio bufete.

La biografía de José Antonio está influenciada fuertemente por las vicisitudes del Gobierno de su padre, Miguel Primo de Rivera, sobre todo por su dimisión y los acontecimientos que la acompañaron. Como siempre ocurre en las dictaduras cuando se inicia su eclipse y posterior desaparición, grupos que anteriormente habían sido más o menos incondicionales, adoptan posturas más cómodas. A José Antonio, tanto oportunismo no pudo menos que repugnarle.

Vocación política

En 1930 participó en el proyecto político de la Unión Monárquica Nacional. El 2 de mayo de ese año aceptó el cargo de vicesecretario general del partido, con el propósito de reivindicar la memoria de su padre, atacada tanto a la caída de su gobierno, al final de la monarquía, como durante la Segunda República (1931). En este periodo, colabora en el periódico La Nación (copropietario del mismo por herencia familiar) con artículos de carácter político, principalmente reivindicando el gobierno de su padre. En diciembre de 1931, en el prólogo del libro La Dictadura de Primo de Rivera juzgada en el extranjero (un duro ataque contra los intelectuales en los que se advierte "el predominio de la masa", considerándolos "pseudointelectuales incalificados, incalificables y descalificados"), podía leerse:

"¡Si los intelectuales hubieran entendido a aquel hombre! Quizá no vuelva a pasar España en mucho tiempo por coyuntura más favorable. Los intelectuales pudieron allegar todo lo que saben y todo lo que piensan. A buen seguro los hubiera entendido el Dictador, cuyo talento natural era una verdadera generosidad de la Providencia. Los intelectuales hubieran podido organizar aquel magnífico alumbramiento de entusiasmos alrededor de lo que faltó a la Dictadura: una gran idea central, una doctrina elegante y fuerte. [...] ¡Qué le vamos a hacer ya! Dejaron pasar el instante. No percibieron su decisiva profundidad. Empezaron a hacer remilgos por si la Dictadura menospreciaba tales o cuales pequeñeces rituarias. [...] Tal fue, salvo excepciones la actitud de los intelectuales españoles ante el hecho revolucionario de la Dictadura."

Primo de Rivera fracasó en su intento de obtener un escaño de diputado por Madrid en las elecciones de 1931, siendo derrotado por Bartolomé Cossío.

Juicio

El 3 de octubre se inició el sumario contra los dos hermanos, la cuñada (Margarita Larios, mujer de Miguel) y varios carceleros. La acusación era la de conspiración y rebelión militar, lo que conllevaba la pena de muerte. El Tribunal Supremo nombró a un magistrado de la Audiencia de Madrid para llevar la causa y el 11 de octubre se iniciaron los interrogatorios de acusados y testigos. José Antonio Primo de Rivera compareció por primera vez ante el tribunal el 3 de noviembre, negando todos los cargos.

La vista oral tuvo lugar los días 16 y 17 de noviembre. Él mismo asumió su propia defensa, la de su hermano Miguel y la esposa de éste, Margarita Larios.

Su actuación es cálida y brillante, un diario izquierdista Alicantino escribía el día siguiente: "Gesto, voz y palabra se funden en una obra maestra de la oratoria forense, que el público escucha con recogimiento, atención y evidentes signos de interés."

A pesar de su elocuencia, los acusados son condenados a muerte, pero José Antonio caballerosamente apeló en favor de su hermano y su cuñada, consiguiendo que la pena fuese conmutada por reclusión.

El jurado deliberó cuatro horas, a las dos y media de la madrugada, salieron con el veredicto de culpabilidad. José Antonio Primo de Rivera fue condenado a muerte por conspiración, su hermano Miguel a cadena perpetua por el mismo delito y Margarita Larios a seis años y un día como colaboradora. En el mismo juicio se absolvió a los tres carceleros que estaban acusados de complicidad.

Fusilamiento

La sentencia fue confirmada por la Corte Suprema. El comunista Jesús Monzón, Gobernador Civil de Alicante, trató de retrasar la ejecución, pero el comité de Orden Público local ordenó la ejecución de la sentencia para la mañana del día 20. La sentencia y la apelación de Primo de Rivera había llegado a Largo Caballero. José María Mancisidor, que editó y publicó el texto del juicio de José Antonio, indicó más tarde, que Largo Caballero personalmente añadió al informe las palabras: "Conforme con todo lo que se propone y procédase a la ejecución".

A pesar de la interposicion de algunos dirigentes republicanos como Manuel Azaña, José Antonio era fusilado la mañana del 20 de noviembre en el patio de la cárcel de Alicante, junto a otros cuatro jóvenes del pueblo alicantino de Novelda.

Su ultima voluntad fue que limpiaran el patio de la cárcel para que su hermano Miguel no tuviera que pisar su sangre. Sus restos mortales yacen en la actualidad en el Valle de los Caídos de Madrid, monumento levantado a los caídos de ambos bandos durante la trágica Guerra Civil Española.

Primo de Rivera murió con dignidad. En su testamento dejó constancia de su deseo: "Que sea la mía la última sangre española vertida en discordias civiles". Otra de sus frases más conocidas es: "Que todos los pueblos de España, por diversos que sean, se sientan armonizados en una irrevocable unidad de destino".

El anarquista Abad de Santillán escribió: "Los españoles de esta talla, los patriotas como él, no son peligrosos, y no se han de considerar enemigos. ¡Cómo habría cambiado el destino de España sí hubiera sido posible un acuerdo entre nosotros como deseaba Primo de Rivera!."

José Antonio mantenía una relación de amistad con varios diputados socialistas, entre ellos Indalecio Prieto, y se entrevistó con militantes anarcosindicalistas como Ángel Pestaña, con quien no llegó a acuerdo alguno. Dos hermanos del líder de la FAI, Buenaventura Durruti, estaban afiliados a Falange, así como varios cuadros de la CNT, el propio ex-secretario general del Partido Comunista madrileño, Manuel Mateo y el conde de Montarco.

El fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera eliminó del Bando Nacional al único líder con carisma que podía hacer sombra a los militares, dejando el camino expedito para la conversión de la Falange en partido único del régimen (unificada con los tradicionalistas, a pesar de sus numerosas diferencias ideológicas, formando FET y de las JONS, una Falange ’domesticada’, o más adecuada al momento político, matizado su programa pseudo-revolucionario inicial, con Francisco Franco como jefe nacional, quién arrestó a Manuel Hedilla, segundo jefe nacional de Falange Española de las JONS tras el proceso de unificación.

Tras el final de la guerra, el cuerpo fue exhumado y llevado a hombros desde Alicante hasta el Escorial. Y una vez terminada la basílica del Valle de los Caídos, Francisco Franco ordenó que su cadáver fuera trasladado y sepultado allí.

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