Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
Días antes de la jornada electoral del pasado domingo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) registró dos eventos que anticipan su debacle final como gran instituto político, para empezar a transformarse en uno más de la llamada ’chiquillada’, es decir de aquellos que ofrecen su militancia para favorecer los intereses personales de su presidente nacional, en este caso Alejandro Moreno, quien lo ha conducido a sus peores resultados.
El primer evento fue la renuncia al partido de Alejandra del Moral, la excandidata a la gubernatura del Estado de México, quien sin contar con el apoyo de Alito, como le gusta ser llamado al exgobernador de Campeche, logró reducir una amplía ventaja de Delfina Gómez, abanderada de Morena y quien ganó por una diferencia de apenas 8% de sufragios.
Después, Moreno anunció la expulsión del PRI de Alfredo del Mazo Maza, bajo los cargos de traición, de haber entregado el Estado de México al partido guinda, de acercamiento casi servil con el presidente Andrés Manuel López Obrador. En fin una serie de acusaciones emprendidas por el ’líder nacional’ priista para, sin existir la posibilidad de contar con algún tipo de defensa legal o partidista, se decidió sacarlo del tricolor.
Por supuesto tanto Del Moral como Del Mazo expresaron su punto de vista y reviraron las acusaciones hacia ’Alito’, a quien responsabilizaron, entre otras cosas, de las graves pérdidas políticas bajo su presidencia, como el que desde 2019, perdió doce entidades: Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala, Baja California Sur, Guerrero, Hidalgo, Colima, Campeche. Estado de México y Coahuila.
Antes de la renuncia de Del Moral hubo otras de destacados priistas o también fueron expulsados, como Ivonne Ortega y Alejandro Murat, exgobernadores de Yucatán e Hidalgo; José Narro, exsecretario de Salud; el senador Miguel Ángel Osorio Chong, entre otros.
Algunos más, como Claudia Pavlovich, Carlos Miguel Aysa, Quirino Ordaz, exgobernadores de Sonora, Campeche, Sinaloa e Hidalgo, se sumaron al gobierno federal y fueron ’premiados’ con cargos diplomáticos. Es decir, con ’Alito’ el PRI se ha ido desintegrando y solo quedan aquellos que han sido sus incondicionales, pero no pueden descartarse en las próximas semanas más ’renuncias’ y ’expulsiones’,
‘¿Cuál es el futuro del PRI con Moreno? Que sea otro partido satélite, solo interesado en mantener su registro formal, a fin de seguir gozando de las prerrogativas legales, para manejarlos bajo sus propósitos personales pero ya sin respaldar los intereses de la ciudadanía.