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La marcha, la muerte y los registros

La marcha, la muerte y los registros
Política
Febrero 26, 2024 09:02 hrs.
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Jorge Laurel González › codice21.com.mx

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—Sabes que todos los demás hombres creen que la muerte es uno de los mayores males.
—Es cierto, dijo Simmias.
—Así que cuando estos hombres, que se llaman fuertes, sufren la muerte con algún valor, no la sufren sino por temor a un mal mayor.
—Es preciso convenir en ello.
—Por consiguiente, los hombres son fuertes a causa del miedo, excepto los filósofos: ¿y no es una cosa ridícula que un hombre sea valiente por timidez?’

Platón (427-347), En Fedón.

En orden cronológico, hablemos primero de la marcha y/o concentración.

La Gran Marcha por la Democracia, que tuvo lugar el pasado domingo en la Ciudad de México, representó un momento significativo de movilización ciudadana en la historia reciente del país. Convocada bajo el lema de exigir elecciones limpias y un profundo respeto por las instituciones y el marco constitucional del país, esta concentración logró reunir a más de 200,000 personas en el zócalo, el corazón político y cultural de la capital.

Este evento no solo destacó por su masiva participación, sino también por el civismo y la pluralidad de las voces que se hicieron escuchar. Las personas que asistieron a la marcha provenían de diversos sectores de la sociedad, unidas por la convicción común de que la democracia en el país debe ser protegida y fortalecida. Los manifestantes, portando pancartas, entonando cánticos y expresando de manera pacífica sus demandas, subrayaron la importancia de la integridad electoral y el respeto a los resultados de las urnas como pilares fundamentales de la democracia.

La Gran Marcha por la Democracia también se caracterizó por un ambiente de respeto y civismo, donde los participantes se esforzaron por mantener un diálogo constructivo, evitando caer en el insulto o la descalificación. Esta actitud reflejó un compromiso colectivo con los principios democráticos y un rechazo a cualquier forma de polarización o confrontación innecesaria.

Este evento, por tanto, no solo sirvió como un recordatorio del poder y la importancia de la participación ciudadana en los procesos democráticos, sino también como un llamado a las autoridades y a la sociedad en general a dialogar y trabajar juntos en la construcción de un futuro más inclusivo, justo y democrático. La Gran Marcha por la Democracia demostró que la ciudadanía está dispuesta a jugar un papel activo en la defensa de sus derechos y en la promoción de la transparencia y la justicia en el ámbito político.

La muerte de Carlos Urzúa, un destacado político mexicano, ha conmocionado al país no solo por lo intempestivo, sino también por el contexto en el que se produjo. Fallecer en su casa, aparentemente debido a un infarto, podría parecer un trágico, pero natural desenlace; sin embargo, las circunstancias que rodean su deceso han alimentado especulaciones y preocupaciones profundas. Los señalamientos de un posible atentado, en particular, añaden una capa de complejidad y urgencia a la situación.

Es importante destacar que, días antes de su fallecimiento, Urzúa había denunciado un fraude masivo que ascendía a 1,800 millones de pesos mensuales, relacionado con los pagos de pensiones a 600,000 adultos mayores inexistentes. Esta denuncia no solo pone de relieve la valentía y el compromiso de Urzúa con la transparencia y la justicia fiscal, sino que también plantea preguntas legítimas sobre si su muerte podría estar relacionada con sus esfuerzos por destapar la corrupción.

La muerte de un político en estas circunstancias exige una investigación exhaustiva y transparente. Es crucial que las autoridades aborden estas preocupaciones de manera seria y metódica, para despejar cualquier duda sobre la causa de su fallecimiento. Es fundamental garantizar que este caso se investigue con la mayor integridad, asegurando que cualquier indicio de criminalidad sea perseguido y que la justicia prevalezca.

Además, este suceso subraya la necesidad imperante de fortalecer los mecanismos de protección para aquellos que, desde dentro del sistema, luchan contra la corrupción y buscan promover la transparencia. La seguridad de los servidores públicos y su capacidad para denunciar sin temor a represalias es esencial para una democracia saludable.

La pérdida de Carlos Urzúa es, sin duda, un golpe para México, no solo por su contribución política sino también por el contexto alarmante de su muerte. Este evento debe servir como un recordatorio de los riesgos que enfrentan aquellos que se atreven a desafiar el status quo y la importancia de salvaguardar los principios de transparencia y justicia en la administración pública. La mejor manera de honrar su memoria es asegurar que la verdad salga a la luz y que su lucha contra la corrupción continúe.

Sobre los registros, tendremos que hablar en la siguiente columna, y ya para entonces estarán por iniciar las campañas. Por lo pronto, habrá dos candidatas que compiten a la presidencia de la república, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheimbaum, en estricto orden alfabético por apellidos y un tercer registro, totalmente intrascendente, del cual, sin ánimo de ser ofensivo, ni siquiera recuerdo (ni me interesa) su nombre.

Prepárense para votar. Recordemos que Solamente Juntos, Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.

JLG

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