La corrupción e impunidad son algunos de los “jinetes del Apocalipsis” que han mermado a las administraciones municipales de Acapulco desde hace varios años, abultando gravemente la nómina con gentes que entran a laborar como de confianza de los presidentes municipales en turno.
Lo peor del caso es que, no solamente los munícipes son los encargados de agravar la situación económica del Ayuntamiento, también los dirigentes sindicales se prestan a las irregularidades.
En un “grito a voces” que los gobernantes se “amafian” con los líderes de las secciones XIX, XXIV, XXXV y LXVI del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), y de manera irresponsable aumentaban de 30 hasta 90 plazas por año. Eran acuerdos políticos para mantenerse controlados ambos.
Cabe mencionar que las plazas no siempre se entregan a los trabajadores supernumerarios de mayor antigüedad a través de la Comisión Escalafonaria, como lo marca la ley de las condiciones generales de trabajo, mediante una convocatoria, como lo establecen los estatutos del SUSPEG, sino que son vendidas al mejor postor.
La administración municipal (que es el patrón) daba las plazas de base con la condición de que una cantidad menor se dieran a sus incondicionales. Aquellos que participaron en sus campañas políticas y a uno que otro funcionario o para algún regidor, además de cierto “aviador”, de esos que solo se presentan a cobrar los días 15-30. Y que sigue habiendo, a pesar de lo que digan.
En 1974 existían solo dos secciones sindicales, la XIX y la recién nacida sección XXIV, y no se daban plazas de base a diestra y siniestra, como recientemente se daban, solo se otorgaban para aquellos trabajadores que realmente tuvieran una antigüedad comprobada y era a consideración de la asamblea y los propios trabajadores.
Actualmente existen cuatro secciones sindicales, que tienen una relación de trabajo con la Administración Municipal de Acapulco. La Sección XIX, con mil 200 agremiados; la Sección XXIV, con mil 100; la Sección XXXV con 600 empleados, y la Sección LVI con 200.
Además de la Sección XXVII que abarca a trabajadores de la Comisión de Agua Potable y alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA), que tiene a mil 300 agremiados.
Los secretarios de esas cinco secciones sindicales se han engolosinado con la entrega de plazas, pues lo vieron como una “mina de oro”, pues se han dedicado a comercializarlas, afectando a trabajadores que tienen antigüedad de hasta 20 años.
Como las plazas de base no se daban verdaderamente a los trabajadores supernumerarios de mayor antigüedad, en base al reglamento de escalafón, de la ley 248, Artículo 50, cada entidad pública de las previstas en el artículo 2o. de esta Ley elaborará un reglamento de escalafón de acuerdo con lo que prevé este título, mismo que se formulará por el titular oyendo a los trabajadores, o a la sección sindical respectiva, donde la haya.
El Artículo 51 especifica como factores escalafonarios:.- La antigüedad;II.- Los conocimientos;III.- La aptitud;IV.- La disciplina;V.- La puntualidad.
ARTÍCULO 54.- Por cada entidad pública funcionará una Comisión Mixta deEscalafón integrada con igual número de representantes del titular y del sindicato, de acuerdo con las necesidades de la misma unidad, quienes designarán un árbitro que decida todos los casos de empate. Si no hay acuerdo, la designación la hará el tribunal
NEGOCIO REDONDO PARA LÍDERES
La mayoría de los dirigentes del SUSPEG, empezaron a vender plazas desde 30 mil hasta 60 mil pesos, haciendo un negocio redondo con trabajadores supernumerarios que estaban de acuerdo con pagarlos con la finalidad de adquirir una plaza de base y asegurar su futuro en el trabajo.
En las asambleas de las secciones, nada más de pronto les tomaban la protesta a los nuevos trabajadores sindicalizados, sorprendidos demás, de cómo se dieron las plazas y nunca se aplicó el reglamento escalafonario, violando así los derechos de los trabajadores de mayor antigüedad. Fue así como degollaron a “la gallina de los huevos de oro”.
Actualmente la administración se dio cuenta que hay exceso de personal, y no alcanza a pagar ni la nómina de los trabajadores y paró de seguir dando plazas en exceso, y que en la realidad, no se benefician los supernumerarios de mayor antigüedad sino que se benefician los líderes corruptos.
Los líderes que venden plazas han tenido consecuencias que lamentar por no trabajar con honestidad y transparencia y darles las plazas a trabajadores de mayor antigüedad.