Uno de los objetivos mundiales es reducir el impacto de las emisiones de CO2, y para ello se va a necesitar recurrir cada vez más a las energías renovables. La eólica y la solar son dos opciones, a priori, válidas y establecidas en cuanto a la producción de electricidad. Pero para que se pueda generar este tipo de energía verde se van a necesitar grandes cantidades de productos básicos que provienen de la minería como el litio, plomo, níquel o sodio, indispensables para la creación de paneles fotovoltaicos o aerogeneradores. El problema es que la necesidad de extraer tantos recursos de la tierra plantea serias cuestiones ecológicas para nuestro planeta.
Una necesidad imperiosa. Es un hecho que las tecnologías de energía limpia —solar, eólica y geotérmica— necesitan más materiales que las tecnologías basadas en combustibles fósiles, y esto pone sobre la mesa el debate sobre la necesidad de grandes cantidades de minerales en las próximas décadas. De hecho, para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París de mantener la subida de temperaturas por debajo de dos grados Celsius, la extracción de los 17 minerales más importantes para la producción de energías renovables y la fabricación de vehículos eléctricos tendría que subir de 40 millones de toneladas anuales a 140 millones antes del 2050. Un aumento del 350%, según los cálculos de la Agencia Internacional de Energía. El Banco Mundial ya calcula que la demanda total de minerales necesarios para la transición alcanza la escandalosa cifra de 3.000 millones de toneladas.
Una demanda enorme. El plan europeo prevé la construcción de cientos de turbinas eólicas en los próximos años. Y esto supone la necesidad de grandes cantidades de minerales tales como el cobalto, zinc, molibdeno, aluminio o cromo. Asimismo, la construcción de miles de centrales de energía fotovoltaica generará una demanda de millones de toneladas de cobre, hierro, plomo, plata, aluminio y níquel, sin olvidar las tierras raras —el oro del siglo XXI—, entre otros. Por poner un ejemplo: se necesitan 3.000 paneles solares para generar un solo megavatio de electricidad. Imagínate cuántas toneladas de minerales significan esta construcción. Así, el Banco Mundial calcula que la demanda de materias primas para fabricar estas instalaciones fotovoltaicas subirá un 300% antes del 2050.Albert Sanhcis | MAGNET