Primera parte de tres
Raúl De La Rosa
Desde finales de los años 1980s se oía una y otra vez críticas a la industria farmacéutica (IF) por priorizar, contrario a lo que decían, sus ventas y acumulación de capital sobre la salud pública. El cine de Hollywod tiene decenas de películas que tratan sobre éstas críticas. Dos ejemplos nos muestran el porqué de tales críticas:
- La aparición de Viagra por sobre la vacuna contra el papiloma humano o el SIDA, y
- La enorme investigación, fabricación, comercialización y mercadología de los Antiinflamatorios No Estiroideos (AINEs), a pesar de sus características gastrotóxicas y nefrotóxicas.
Y para muestra del poder de la IF y lo que un medicamento puede hacer en las economías del mundo es el considerado símbolo de la IF, su imperio empresarial y su poderío financiero: la "Aspirina" (Ácido Acetil Salicílico o AAS), el medicamento más vendido de la historia.
Desde los egipcios se sabía que el extracto del árbol Sauce ayudaba a desinflamar y aliviaba la fiebre y el dolor inflamatorio. Incluso, era muy usado por las mujeres para su trabajo de parto (ahora ya está contraindicado). Era tanta su reputación del extracto de Sauce que los griegos lo retomaron en sus libros de notas médicas. Pero es hasta el año de 1828 que el químico Joseph Buchner aísla la salicina de una planta llamada Spiraea Ulmaria (por su forma de espiral y que sus hojas son parecidas a las del olmo), que nace en todos los prados de Europa y Asia. En 1876 se pública en la revista "Lancet" el primer estudio de un ensayo aleatorio que demostraba que la salicina quitaba el dolor y la fiebre en el reumatismo. Fue la primera indicación de que habíamos encontrado, científicamente, lo que ésta planta nos venía mostrando desde milenios antes de forma empírica. En 1897 Felix Hoffmann y Arthur Eichengrün, sintetizan la Aspirina mientras estaban trabajando en la compañía Bayer, que partir de ese momento se convierte en una de las más grandes Farmacéuticas del mundo. Así, la Aspirina es el primer medicamento que revoluciona el mercado de la salud y funda la Industria Farmacéutica tal y como la conocemos ahora, al generar un gigante como Bayer.
En 1971, los suecos Sune Bergstrom y Bengt Samuelsson, y el británico John R. Vane, se volvieron científicos conocidos por su investigación en el campo de las prostaglandinas, sustancias que se encuentran en cantidades infinitesimales en los tejidos del cuerpo humano y fueron primero aisladas en el semen. El descubrimiento de la estructura química de las prostaglandinas volvió a revolucionar la farmacología, especialmente en el campo de la obstetricia, ginecología, tratamiento de úlceras, regulación de la presión sanguínea, y prevención de trombosis. Uno de los galardonados, el británico John Vane, aclaró científicamente el mecanismo de acción de la ya muy popular Aspirina, al descubrir que bloqueaba la producción de prostaglandinas. Por éstas investigaciones, los tres se hicieron acreedores al Premio Nobel de Fisiología (Medicina) 1982.
En 1974 se verificó el primer ensayo clínico que demostraba la reducción del riesgo de muerte, después de haber sufrido un infarto usando Aspirina. Es decir, sus propiedades iban más allá de antiinflamatorio, antifiebre y antidolor. Y en 2014, un "meta análisis clínico" dejó ver la posibilidad de que la Aspirina podría reducir el cáncer del tubo digestivo, ésto sigue en fase de comprobación.
La Aspirina nos muestra cómo surgió la Industria Farmacéutica y también cómo un medicamento puede lograr que surja un gigante empresarial como lo es Bayer. De hecho, hasta antes del Covid-19, la Aspirina era el fármaco con más ensayos clínicos paralelos en la historia de la farmacología y de la medicina.