De acuerdo con los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cubre casi el 170% de grasas saturadas permitidas.
El alto consumo de grasas saturadas se ha asociado con padecimientos como aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares.
El maíz transgénico está ligado al uso de agroquímicos agresivos como el glifosato. Los herbicidas a base de glifosato son ampliamente utilizados para el control de malezas ya que no son selectivos y eliminan toda la vegetación.
Cada paquete contiene 980 miligramos de sodio, tal cantidad cubre casi el 50% del consumo total de un adulto (2,000 mg) y el 65% para un niño (1,500mg).
Un consumo elevado de sodio fomenta las enfermedades del corazón.
El paquete de palomitas no contiene mantequilla, sólo le agregan aceite pintado de amarillo con sabor a mantequilla.
Para conservar los aceites que hacen reventar a los granos ocupan butilhidroquinona terciaria (TBHQ). Este químico está hecho a base de butano, un gas tóxico, que consumido en grandes cantidades puede causar déficit de atención e hiperactividad en niños, asma, alergias, dermatitis y mareos.
En el interior de la bolsa contiene ácido perfluorooctanoico que es usado en sartenes de teflón para que los alimentos no se peguen. Se ha encontrado que sus residuos son dañinos y se pueden quedar en el ambiente y en el cuerpo durante mucho tiempo. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos asegura ser cancerígeno.