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Malas mañas no se olvidan

Malas mañas no se olvidan
Política
Marzo 23, 2023 21:42 hrs.
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Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com

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No sé si las mentes de los seres humanos ya vienen equipadas con buena dosis de malas mañas o éstas se adquieren en el camino de la vida. Ignacio Ovalle ha ocupado cargos desde muy joven.
Prácticamente desde que terminó su carrera de abogado, cuando Luis Echeverría comenzó a ver promesas en muchos jóvenes, a quienes sin pensarlo dos veces, incorporó a su gabinete al ocupar la Presidencia de la República.
Si mal no recuerdo, la mayoría falló.
Don Luis era tan visionario, que cuando tuvo todo el poder se dio a la tarea de inventar empresas a diestro y siniestro.
Todas quebraron. Se comportó como un mandatario populista y no ocultó su presumible simpatía por los pobres de México y de otros países de América Latina. Tampoco su sueño de perpetuarse en el poder. Por cierto, creó émulos, uno de los cuales, hoy gobierna México, provisto de una visión anclada precisamente en sus días de gloria.
El entonces secretario de Gobernación llamó a Ignacio Ovalle, oriundo de Tabasco y alguna vez protector y mentor de nuestro actual Presidente y lo nombró su secretario particular. De ahí ocupó diversos cargos, incluidas algunas embajadas de nuestro continente, hasta que Carlos Salinas de Gortari lo designó director de la Comisión Nacional de Subsistencias Populares o Conasupo.
Ovalle se vio entonces envuelto en un torbellino, debido a que en esta empresa ocurrieron bajo su dirección muchas irregularidades y desfalcos.
Terminó su gestión y enseguida ocupó una curul en la Cámara de Diputados, bajo las siglas del PRI. No obstante, la oposición propuso una comisión investigadora. Persistía la seguridad del desfalco, pero no se llegó a nada.
Los priistas del momento lo exoneraron de todos los cargos. Mientras duró este primer proceso, no se dejó ver ante ningún reflector.
En la siguiente legislatura se insistió en la investigación y finalmente, después de muchos jaloneos, el Revolucionario Institucional lo puso nuevamente a salvo. Una vez emitido el fallo, se paseó frente a la oficina de Prensa a propósito, para que los reporteros se acercaran a entrevistarlo.
Después de 30 años, el actual mandatario le creó una institución igual a la que defraudó durante el gobierno de Salinas, denominada Programa Nacional de Seguridad Alimentaria (Segalmex) Transcurrido apenas un año, volvió a meterla en un escándalo que han dado en llamar la Estafa Maestra de este sexenio, que supera con creces la de Enrique Peña Nieto.
El grave asunto fue conocido desde 2020 y desde entonces, varios funcionarios instruidos desde la misma Presidencia, según aseveraciones de gente que conoce mejor las entrañas del asunto, se dieron a la tarea de inventar soluciones que dejen fuera del problema al licenciado Ovalle.
Pero al exonerarlo el mismo Presidente, lo deja muy mal parado cuando dice, como acostumbra, que cree en él o en su inocencia o cuando insiste en que ’fue engañado por un grupo de priistas de malas mañas’. Pobre Ovalle. De casi 80 años, con todos de experiencia en la administración pública y engañado por jóvenes hambrientos de dinero.
Entonces, su inteligencia y su experiencia dejan mucho qué desear y es, nada más y nada menos, como la mayoría de los funcionarios y representantes populares de Morena, que se solazan con el eco de un rebuznar.
Para exonerarlo, el mandatario se acordó, como siempre, del pasado, como del Banco de Crédito Ejidal, conocido como ’el bandidal’. Sin reparar, también como siempre, en que Segalmex encaja precisamente en esa descripción que alude a muchos bandidos.
Han sido detenidas nueve personas y giradas 22 órdenes de aprehensión. Esa confianza que exhibe el Ejecutivo, cada vez que uno de sus funcionarios falla, es igual a su táctica de abrazos, no balazos.
Apostamos doble contra sencillo, a que en este momento, una parvada de incondicionales del Presidente trabaja por instrucciones suyas, en la operación cicatriz, que dejará libre de cargos a Ovalle. Pero no de fundada culpa.
ariosruiz@gmail.com

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