Se trata de la nave más poderosa construida hasta el momento por la agencia norteamericana y estaba por despegar desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Los controladores de vuelto detuvieron la operación de repostaje, que ya se hacía con una hora de retraso debido a tormentas en el mar. El proceso se reanudó despacio para ver si la fuga de combustible de hidrógeno podría empeorar, lo que casi con certeza pondría fin a la cuenta atrás, pero las alarmas forzaron otro receso. Es por eso que debieron postergar definitivamente el lanzamiento cerca de las 9:35 de la mañana, hora argentina.
De acuerdo a la información difundida por la propia agencia, la próxima ventana que tiene el cohete para despegar será el próximo viernes 2 de septiembre, aunque adelantaron que revisarán los datos de la falla para saber si estará lista para salir en fecha.
"El lanzamiento de Artemis I ya no se llevará a cabo hoy, ya que los equipos están trabajando en un problema con una purga del motor. Los equipos continuarán recopilando datos y mantendremos informado sobre el momento del próximo intento de lanzamiento", tuiteó la agencia.
El cohete de 98 metros (322 pies) es el más potente que ha construido nunca la NASA, incluso más que el Saturn V que llevó astronautas a la Luna hace medio siglo. Si tiene éxito, este vuelo de prueba pondría una cápsula para tripulación en la órbita lunar por primera vez en 50 años.
No había ningún astronauta en la cápsula Orion sobre el cohete en el Centro Espacial Kennedy de la NASA. En su lugar, tres muñecos de pruebas estaban sujetos en los asientos para la misión orbital, que se esperaba durase seis semanas.
Pese a la falta de pasaje, miles de personas llenaron la costa para ver el despegue del Sistema de Lanzamiento Espacial, o SLS por sus siglas en inglés. La vicepresidenta, Kamala Harris, viajó a Orlando con su esposo.
Las fugas de hidrógeno empañaron los preparativos de la NASA desde abril, y requirieron una serie de reparaciones. La prueba se repitió con más éxito en junio, aunque también hubo algunas pérdidas. Los responsables dijeron que no sabrían con certeza si las reparaciones habían funcionado hasta que se intentara cargar los tanques del cohete con casi un millón de galones (4,5 millones de litros) de combustible frío el lunes.
La directora de lanzamiento, Charlie Blackwell-Thompson, y su equipo también tuvieron que lidiar con un problema de comunicación de la cápsula Orion.
Los ingenieros trataban de comprender una demora de 11 minutos en las comunicaciones entre el Control de Lanzamiento y la Orion detectado el domingo por la tarde. Aunque el problema se había resuelto para el lunes por la mañana, la NASA necesitaba saber su origen antes de ejecutar un lanzamiento.
El primer vuelo del programa de exploración lunar de la NASA del siglo XXI, llamado Artemis (Artemisa), por la hermana melliza del dios mitológico Apolo, lleva años de retraso. Sucesivos aplazamientos han provocado sobrecostos presupuestarios: esta demostración costaría 4.100 millones de dólares.
Si la prueba salía bien, el segundo vuelo llevaría astronautas para rodear la Luna en un viaje de ida y vuelta a partir de 2024. Después podría haber un alunizaje de dos personas para finales de 2025. NASA tiene la vista puesta en el polo sur del satélite.
Durante las misiones Apolo, 12 astronautas aterrizaron en la Luna entre 1969 y 1972, con estancias de unos pocos días como mucho. La NASA quiere establecer una base lunar en las misiones Artemis en la que los astronautas puedan hacer estancias de varias semanas. El siguiente paso sería Marte, quizá a finales de la década de 2030 o principios de la década de 2040
Con información de Clarín.com