La XII Congregación General es un momento clave en la preparación del Cónclave que inicia este miércoles 7 de mayo, ya que reúne a los 173 cardenales, incluidos 130 electores, para reflexionar sobre el futuro de la Iglesia. En esta última sesión, la de este martes, unas horas antes del inicio del cónclave, se abordaron temas fundamentales como la continuidad de las reformas promovidas por el papa Francisco, la sinodalidad, la transparencia económica, la lucha contra los abusos, el compromiso por la paz y el cuidado de la creación.
Uno de los puntos centrales fue la necesidad de un papa pastor, un líder espiritual que encarne la misericordia y la esperanza en tiempos de polarización y conflictos. También se discutió el papel de los cardenales en relación con el papado y la importancia de fortalecer la comunión eclesial. Además, se reafirmó el compromiso de la Iglesia con la Jornada Mundial de los Pobres, destacando la presencia viva de Cristo en los más necesitados.
La congregación concluyó con un llamamiento a la paz, instando a un alto el fuego en diversos conflictos internacionales y promoviendo negociaciones para una solución justa y duradera. También se tomaron disposiciones prácticas para el desarrollo del cónclave, incluyendo la anulación del Anillo del Pescador y el Sello de Plomo, símbolos del pontificado anterior.
Es un evento que marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia.
Algunos discursos abordaron cuestiones canónicas, reflexionando sobre el poder del papa.
También se abordó la cuestión de las divisiones en el seno de la Iglesia y de la sociedad y cómo los cardenales están llamados a ejercer hoy su papel en relación con el papado.
Se habló de la Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el domingo anterior a la solemnidad de Cristo Rey (este año el 16 de noviembre): se subrayó cómo estos dos aniversarios pueden leerse en relación el uno con el otro, reconociendo la presencia viva de Cristo en los pobres y recordando que la verdadera realeza del Evangelio se manifiesta en el servicio.
Dialogaron también de la necesidad de hacer más significativos los encuentros del Colegio Cardenalicio con ocasión de los consistorios y de promover la iniciación cristiana y la formación permanente como auténticos actos misioneros.
Se recordó a los mártires de la fe, especialmente en aquellas tierras donde los cristianos sufren persecución o están privados de libertad religiosa. Entre las urgencias pastorales, también se reafirmó el compromiso de afrontar con decisión el cambio climático, reconocido como un desafío global y eclesial.
Se volvió a reflexionar sobre la fecha de celebración de la Pascua, el Concilio de Nicea y el diálogo ecuménico.
La congregación concluyó con la lectura de una declaración oficial: un llamamiento a las partes implicadas en diversos conflictos internacionales. Los cardenales pidieron un alto el fuego permanente y el inicio de negociaciones que conduzcan a una paz justa y duradera, en el respeto de la dignidad humana y del bien común.
En la reunión de esta mañana también se anularon el Anillo del Pescador y el Sello de Plomo.
Por último, se tomaron algunas disposiciones prácticas relativas al programa de los cardenales electores durante el Cónclave. La reunión concluyó a las 12.30 horas. No están previstas más Congregaciones Generales. (Con información de Vatican News y agencias).