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Luis Antonio Vidal
@vidal_38
El asesinato del compañero Alejandro Gallegos León cimbró las estructuras de poder, no sólo de Tabasco, sino del país. Movió al mismo tiempo la conciencia de una sociedad sometida por la delincuencia organizada.
Alejandro se dedicaba a litigar porque estudió la carrera de derecho y a impartir clases en dos universidades, una pública y una privada. Alternaba estas actividades con el ejercicio del periodismo sin ser su desempeño profesional preponderante a la hora de su artero crimen.
Su asesinato, sin embargo, escaló al plano internacional por su calidad de periodista. Importantes medios de comunicación dieron cuenta de la noticia y hasta la ONU en México emitió un pronunciamiento.
Se desconoce el motivo para arrancarle la vida a un hombre de bien, dedicado a sus profesiones y pregonar la fe como ministro de culto.
La ola de sangre desatada en el edén cobró la vida de Alejandro, ya sea por su ejercicio como abogado, docente, periodista o como ciudadano a merced, como todos, de la delincuencia enseñoreada.
En el presente sexenio, han ocurrido cuatro asesinatos de periodistas y una desaparición forzada en el país.
Hacer justicia a su crimen nunca será suficiente. Más que cero impunidad se necesita seguridad. Gran diferencia.
Descanse en paz el amigo Alejandro.
La Morralla
Jesús Selván, dirigente estatal de Morena, debe pensarlo dos veces antes de proponer otra magnífica idea como la marcha del pasado sábado.
Fue un efecto boomerang. Diría el divo de Juárez: pero qué necesidad * En el hospital Rovirosa, los familiares de los pacientes tienen que llevar las muestras de sangre a laboratorios particulares porque en el nosocomio no hay manera de hacer análisis.
Así los servicios médicos de los daneses * Sígueme en X: @vidal_38.
https://www.tabascohoy.com/no-disparen-soy-periodista/