BLASFEMIA
José Guerrero
En su mirada negra de un negro tan profundo,
y en sus gigantes ojos de asesina precoz,
llegué a mirar a veces la pequeñez del mundo
y a través de sus ojos sentirme más que Dios.
Tenerla así a mi lado, era lo que importaba,
no existía más la gente solo éramos los dos,
a mí la vida misma de sobra me estorbaba
y nada me faltaba, si yo era más que Dios.
Pero Dios no permite tal blasfemia en mortales
y sin más una tarde me enseñó su poder
Me volvió como un loco que no está en sus cabales...
“La apartó de mi lado para nunca volver”.