En un impactante reportaje de Osvaldo Muller, se denuncia el presunto homicidio cometido por elementos del Grupo de Intervención y Proximidad (GIP) de Tlalnepantla de Baz, Estado de México, contra Ángel Francisco "N", un joven de 18 años, así como un posterior intento de encubrimiento por parte de las autoridades.
Los hechos ocurrieron la noche del 10 de junio, cuando Ángel y sus amigos se encontraban en un vehículo en la colonia Lázaro Cárdenas. Según la versión oficial inicial, los policías alegaron haber repelido una agresión armada, justificando así el disparo por la espalda que acabó con la vida del joven. Sin embargo, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México realizó pruebas de radizonato de sodio, las cuales determinaron que ni el fallecido ni su acompañante, Mauricio Gilberto "N" (detenido bajo el argumento de portar un arma), habían disparado.
Lo más grave del caso es la acusación de que altos mandos policiales, incluyendo al subdirector Mauricio Gabriel Hernández Hernández ("Puma"), habrían ordenado plantar un arma y estupefacientes al detenido para justificar el uso letal de la fuerza. Esta presunta manipulación de evidencia ha llevado a la detención de la oficial Natalia Balderas Pulido, mientras que "Puma" está bajo investigación.
El silencio del alcalde Raciel Pérez Cruz ante estos hechos aumenta las dudas sobre la transparencia en el manejo del caso. El reportaje de Muller expone no solo un posible abuso de autoridad, sino un preocupante patrón de impunidad en las fuerzas de seguridad de Tlalnepantla, exigiendo una investigación exhaustiva y sanciones ejemplares para los responsables.
Este caso refleja la urgencia de reformas en los protocolos policiales y mayor supervisión para evitar que hechos como estos queden en la opacidad.