La fusión multicultural

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Cultura
Agosto 19, 2021 11:10 hrs.
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Jorge Laurel González › codice21.com.mx

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Somos lo que somos, porque para bien o para mal, Hernán Cortés hizo lo que hizo.
Carlos Fuentes.

La caída de Tenochtitlán es un acontecimiento histórico y un antecedente importante, para la formación de lo que hoy es México, ya que, el 13 de agosto de 1521, Cuauhtémoc se rindió ante el sitio de la coalición conquistadora, encabezada por Hernán Cortés. Originario del reino de Castilla, en ese entonces bajo el reinado de Carlos I y nominalmente al lado de su madre Juana, hija de los reyes católicos, Isabel y Fernando. España como tal, no existía todavía, de la misma manera que no existía lo que hoy es México. Hay que decir que Cortés tenía tan solo unas pocas centenas de efectivos europeos, (menos de 400), aunque contaba con artillería, más el grueso de su ejército, de cerca de 80,000 guerreros, era conformado por Tlaxcaltecas, Tarascos y los pobladores del señorío de Texcoco, todos ellos sojuzgados en su momento, por los Mexicas, que no se habían caracterizado por un gobierno benigno o consecuente para los pueblos dominados.

La caída del Imperio Azteca o Mexica, marcó el inicio de la Colonia, la cual duraría alrededor de 300 años y trajo consigo la fusión de la cultura occidental con las culturas mesoamericanas.

Hay diferentes motivos que provocaron la caída de Tenochtitlán. Hernán Cortés había desembarcado en Cozumel en 1519, recorriendo Yucatán y Veracruz antes de llegar a Tenochtitlán. En noviembre de 1519, Cortés fue recibido por Moctezuma Xocoyotzin, quien al imaginar que el español era Quetzalcóatl le ofreció las mejores atenciones, oro y tributos, a pesar de los reclamos del pueblo mexica.

Cuando Cortés se enteró de un supuesto ataque a sus soldados por parte de guerreros mexicas en Veracruz, tomó preso a Moctezuma. Aunque fue liberado después, el hecho creó un ambiente radicalmente hostil entre ambos pueblos.

Posteriormente, Cortés partió hacia Zempoala para encontrarse con Pánfilo Narváez, dejando a Pedro de Alvarado, quien durante su ausencia ordenó la Matanza del Templo Mayor durante la fiesta del renacimiento de Tezcatlipoca. A su regreso, Hernán Cortés exigió a Moctezuma que tranquilizara a su pueblo. Este pidió que se liberara a Cuitláhuac, sin embargo, al quedar libre, este guerrero encabezó el levantamiento y así comenzó una serie de enfrentamientos entre españoles y mexicas, los cuales llevaron a la caída de Tenochtitlán.

Entre estos enfrentamientos, se encuentra la Noche Triste, la derrota sufrida por los soldados españoles y sus aliados tlaxcaltecas por los mexicas la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, ideada por Cuitláhuac, hermano de Moctezuma.

Al morir Moctezuma, Cuitláhuac subió al poder, pero murió al poco tiempo a causa de la viruela, por lo que fue reemplazado por Cuauhtémoc. Sin embargo, el 13 de agosto de 1521 y después de un prolongado sitio, desde el 26 de mayo, Cuauhtémoc fue capturado lo que significó la caída definitiva de Tenochtitlán en manos de los españoles.

En el cruce de las calles Tenochtitlan y Constancia en Tepito, existe una placa en un muro de la iglesia de la Concepción, que dice: Tequipeuhcan. Aquí fue hecho prisionero el Emperador Cuauhtemotzin la tarde del 13 de agosto de 1521.

La caída de Tenochtitlán tuvo consecuencias irreversibles sobre la cultura azteca. En primer lugar, la ciudad se vio gravemente afectada, ya que Cortés ordenó la destrucción del acueducto de Chapultepec que proveía de agua a la ciudad. Por otro lado, los españoles trajeron el virus de la viruela a los mexicas por lo que la enfermedad se expandió rápidamente, acabando con cerca de 8 millones de la población indígena, el cocoliztli (la salmonella) hizo lo propio, acabando hasta con 15 millones de población autóctona, la población se diezmó hasta en un 90 % en algunas poblaciones. Los europeos, sin saberlo, salieron triunfantes de una guerra bacteriológica, aunque también tuvieron pérdidas y la sífilis que los visitantes de América llevaron de regreso a Europa, fue la venganza.

México, como estado-nación, ve la luz hasta el 27 de septiembre de 1821. Es curioso, pero la conquista la hicieron los tlaxcaltecas y la independencia la hicieron los criollos, ambos actuando en base a lo que consideraron sus mejores intereses. México nace en 1821, trescientos años después que los nativos de castilla, conquistaron a los aztecas. Ni los castellanos eran españoles, ni los aztecas eran mexicanos. Somos el producto de esa fusión multicultural. Somos la raza de bronce, José Vasconcelos nos decía:

Hasta que Cortés no sea restituido, al sitio más alto de nuestra historia, la patria no encontrará el camino de su redención.

México nació a la libertad hace 200 años, y nació como un imperio, el Imperio Mexicano, el próximo mes celebraremos el aniversario de la consumación de la independencia, donde Guerrero e Iturbide, unieron fuerzas y nos dieron patria.

Los mexicanos no podemos renegar de lo que somos, ni vivir con odio hacia quienes finalmente fueron nuestros ancestros, México no se entiende sin la conquista, la colonia tuvo más tiempo como forma de gobierno, que lo que hoy llevamos como México independiente.

Octavio Paz nos decía: El odio a Hernán Cortés no es odio a España, es odio contra nosotros mismos. Y Miguel León Portilla: Si un mexicano odia lo español, se odia a sí mismo.

Somos producto del mestizaje, esa raza de bronce, esa raza cósmica de la que nos habla Vasconcelos. Hoy como nunca, mi frase final embona perfecto. México somos uno y solamente Juntos Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.

JLG.

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