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Julio 10, 2020 22:11 hrs.
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Jorge Laurel González › codice21.com.mx

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Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno, es la paz. Benito Juárez (Presidente de México) (1806-1872)

Las reuniones entre los mandatarios de USA y de México se han dado desde hace un buen tiempo, la primera visita de un mandatario mexicano a EU que tiene registrado el Departamento de Historia estadounidense fue el de Porfirio Díaz el 16 de octubre de 1909. Cuando este llegó a El Paso, Texas, en un intercambio de visitas con el expresidente William Howard Taft.

De ahí las visitas son parte de la vida democrática y de las relaciones diplomáticas de ambas naciones, 3 169 kilómetros de frontera, donde cuatro estados de la unión americana, comparten cultura, tradición y negocios con seis estados del lado mexicano.

El intercambio comercial total de México con Estados Unidos, sumando exportaciones e importaciones, ascendió en 2019 a 614 mil 500 millones de dólares, lo que marcó un nuevo máximo histórico en la relación comercial entre ambos países, de acuerdo a informes del Departamento de Comercio estadounidense, en febrero de 2020.

México se convirtió, al cierre del séptimo mes del año 2019, en el socio comercial más importante de los Estados Unidos, superando, incluso, a China y Canadá, países que en las últimas décadas han tenido los lazos comerciales más fuertes con la principal economía del mundo.
Este hecho resulta relevante no solo porque es la primera vez que sucede en la historia de las relaciones mercantiles con los EE.UU., sino porque, además, se trata de una cifra récord que se logra en medio de las tensiones bilaterales que ha tenido nuestro país con el vecino del norte.

De acuerdo con datos de la Oficina del Censo estadounidense, el total de exportaciones e importaciones de bienes entre ambos países alcanzó los 361 mil 107 millones de dólares entre enero y julio de 2019, dato mayor al registrado en el mismo periodo de 2018, cuando llegó a los 351 mil 516 millones de dólares.

Las exportaciones de bienes de los Estados Unidos hacia México sumaron, en los primeros siete meses del año, 151 mil 396 millones de dólares, tres mil millones menos que en 2018; mientras que las importaciones, en el mismo periodo, pasaron de 197 mil 193 millones a 209 mil 710 millones, una cifra histórica que representa un crecimiento de 13.5 mil millones de dólares.

Gracias a lo anterior, según los mismos datos de la Oficina del Censo de los EE.UU., México logró 15% de participación en el total de comercio exterior de Estados Unidos, de enero a julio de este año. Con dicho porcentaje, desplazó a China y Canadá, que, en el mismo periodo de 2018, encabezaron, en ese mismo orden, la lista de los principales socios comerciales de la Unión Americana.

Los datos sin duda son alentadores para la economía nacional, pero llevan a preguntarnos: ¿qué nos permitió alcanzar esta posición, pese al complejo contexto comercial en el que nos encontramos? Recordemos que apenas en julio de 2019, el gobierno de Donald Trump estableció impuestos al acero mexicano y, poco antes, amenazó con gravar todos los productos de origen nacional.

Una parte de la respuesta a esa pregunta se encuentra en el notorio impulso que ha dado la industria automotriz a las exportaciones de México hacia los Estados Unidos. Los vehículos de motor son el producto que, entre enero y julio, ha generado mayores ganancias, al ascender a 22 mil 854 millones de dólares, de acuerdo con datos del Departamento de Comercio de los EE.UU. –según datos de la AMIA, en ese periodo, 16.2% de los automóviles comercializados en los Estados Unidos fue de manufactura mexicana–.

La otra parte que no debe perderse de vista es que si México, e incluso Canadá, superaron a China en el intercambio mercantil con los Estados Unidos, es, en gran medida, resultado del conflicto comercial que han librado las dos grandes potencias del mundo desde hace varios meses, mediante imposiciones arancelarias a distintos sectores productivos.

De enero a julio de 2019, el total de exportaciones e importaciones de la nación asiática con la Unión Americana se redujo, al pasar de 371 mil 100 millones de dólares, en 2018, a 321 mil 287 millones de dólares, en 2019. En consecuencia, la participación de China en el total del comercio exterior de los Estados Unidos, en el mismo periodo, bajó de 15.4% a 13.3%, de acuerdo con la Oficina del Censo estadounidense.

Todos estos factores, en conjunto, son los que han provocado el incremento del comercio entre México y Estados Unidos, pero, ¿cuánto durará esta situación? Diversos análisis publicados en medios de ambas naciones señalan que mientras haya un buen desempeño de la industria nacional y, sobre todo, mientras continúen las fricciones con China, es altamente probable que nuestro país siga siendo el principal socio comercial de los Estados Unidos.
Si en algún momento se eliminan las barreras arancelarias a la nación asiática, sus exportaciones hacia territorio estadounidense se verían beneficiadas y, dado su enorme potencial de producción, podría desplazar sin mucho problema, otra vez, a México y a Canadá.

El apogeo del comercio mexicano durará, por tanto, hasta que el poderío comercial de China esté libre de toda restricción, y el único que pude decidir cuándo ocurrirá esto es, a final de cuentas, el país del que hasta ahora todos quieren ser socios, los Estados Unidos.

Los cinco productos más comprados por EE.UU. a México en 2018 fueron:

Vehículos (93 mil millones de dólares).
Maquinaria eléctrica (64 mil millones de dólares).
Maquinaria (63 mil millones de dólares).
Productos agrícolas (26 mil millones de dólares).
Combustibles fósiles o minerales (16 mil millones de dólares).

Este es el universo económico, previo a la reunión USA-México (Trump-López Obrador) con el hecho de que las cosas sigan como están, ya es ganancia. El nuevo tratado, vino a mejorar (equilibrar un poco) las cosas para los USA. No importa, con trabajo arduo y constante, siempre será benéfico para ambas partes.

En el ámbito político, AMLO tuvo un buen recibimiento, las voces distópicas de la oposición, fueron parte también del escenario, pero claramente fueron minoría. No hubo desplantes, de ninguna de las dos partes y el encuentro debe ser calificado como cordial, incluso meloso, las alabanzas y elogios de los dos mandatarios hacia su contraparte, fueron la característica principal de sus discursos.

Marcelo Ebrard y su equipo hicieron una buena labor previa, en el arreglo de la entrevista y Andrés Manuel López Obrador, se vio presidencial, seguro de sí mismo, tal y como lo dijo, representó a México, con dignidad y decoro. Enhorabuena, debemos de seguir trabajando en unidad con nuestro principal socio comercial, recuerden que solamente Juntos Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.

JLG

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