La revolución mexicana y el Gral. Cienfuegos

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Noviembre 21, 2020 16:22 hrs.
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Jorge Laurel González › codice21.com.mx

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Los pueblos, en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de libertad y justicia, se ven precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios.
Francisco I. Madero (1873-1913).

El 20 de noviembre, se conmemora el inicio de la gesta revolucionaria, aunque desde el 19 de noviembre, se vivió la tragedia del asesinato de los Hermanos Serdán, en Puebla, fue hasta el día siguiente, cuando había sido convocado el pueblo de México a tomar las armas, mediante el ’Plan de San Luis’ desde el 5 de octubre. Aunque fue redactado con posterioridad, en suelo estadounidense, Madero usó la fecha de su último día preso en San Luis Potosí, para no afectar al gobierno del país que lo había recibido.

La revolución, debió haberse terminado con la renuncia de Porfirio Díaz, y su salida a bordo del Ypiranga, con destino a tierras europeas, sin embargo, la problemática política en México estaba lejos de haberse solucionado y se vivieron largos años de lucha fratricida, exclusivamente por la disputa del poder, en algunos casos, amparados con ideales humanísticos sociales de relevancia, en otros tan solo alimentados por la codicia, el poder y la perversión que caracteriza al ser humano.

Madero, en febrero de 1913, fue asesinado. Después del homicidio, se vivió una época convulsa, donde la única disputa era por el poder. Los ’héroes que nos dieron patria’ se mataron unos a otros. En primer término, Victoriano Huerta (El Chacal) fue quien tomó el poder. La utilización de ese apodo, fue esgrimida por el guerrerense Eduardo Neri en el Congreso de la Unión. El discurso radical contra Huerta, el usurpador; de Belisario Domínguez, también es una pieza oratoria digna de ser recordada.

Huerta acabó huyendo de México, rumbo a Jamaica, y terminó muriendo en 1916 en los Estados Unidos de Cirrosis Hepática, dada su debilidad por el cognac. Nunca regresó a México, aunque siempre intentó volver a tomar el poder. Existe una hipótesis sobre un posible envenenamiento.
A partir de la salida de Huerta, se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado para deponerlo, lo que desencadenó nuevos conflictos.

Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la Convención de Aguascalientes para nombrar un líder único. En esa reunión Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades se reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo.

La revolución mexicana empezó el día de la proclama del Plan de San Luis. La duda que surge es: ¿cuándo terminó? Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en 1917, con la proclamación de la Constitución mexicana, algunas otras en 1920 con la presidencia de Adolfo de la Huerta o en 1924 con la de Plutarco Elías Calles. Incluso hay algunas que aseguran que el proceso se extendió hasta la formación del antecedente del Partido Revolucionario Institucional en 1929, el Partido Nacional Revolucionario.

Si de política de generales hablamos, tenemos que tocar el último acontecimiento que cimbró la estructura del Ejército Mexicano. La detención del general Salvador Cienfuegos, por nuestro vecino del norte. Recordemos que el señor Secretario en el período anterior, (2012-2018) tuvo bajo su mando a todos los militares actuales, salvo los soldados reclutados en los últimos dos años, por lo tanto, todos los generales, coroneles, tenientes coroneles, mayores, oficiales y tropa, estuvieron bajo su mando, incluyendo al actual Secretario de la Defensa, del actual régimen. Al señalar que Cienfuegos, estaba involucrado, los hacía corresponsables a todos.

Los militares no pudieron aceptarlo y enviaron emisarios y posturas muy firmes ante el actual Secretario de la Defensa, quien tuvo que hacerle ver al presidente, el riesgo de no intervenir con celeridad diplomática, al rescate de uno de los suyos. El presidente es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

Queda claro que el poder del ejército está ahí, está latente y que pueden actuar, cuando se requiere, sobre todo si se ven afectados sus intereses, es por eso que el Ejecutivo federal ha privilegiado sus funciones, que se han visto compensadas con beneficios económicos directos en su nueva fase de ejército constructor de obras.

Hay que reconocer la labor del canciller, que logró en tiempo récord, recuperar al general Cienfuegos y de esa manera resolverle al presidente el que pudo haber sido el encuentro más ríspido con el ejército mexicano. El general Salvador Cienfuegos, está ya en su casa, como un hombre libre, ¿procederá ahora una demanda al gobierno estadounidense por daño moral?

Teóricamente podría hacerla. Jurídica y políticamente sería un grave error.
Recordemos en este 110 aniversario, la gesta revolucionaria. También tengamos en mente, que todos somos mexicanos, independientemente de nuestra militancia partidista, filias y fobias. Y que solamente Juntos Lograremos Generar: Propuestas y Soluciones.
JLG

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