Prospecto a figura nacional

Por una parte la alta y dramática inseguridad pública, la movilización de la protesta social que es multitemática, la desigualdad y la pobreza, entre otros estigmas, y por otro lado la evidente disposición para enraizar un gobierno responsable y efectivamente con orden del mandatario Héctor Astudillo Flores, han propiciado que el presidente Enrique Peña Nieto esté atento a lo que ocurre en Guerrero y se ve y se siente una atención permanente y acuciosa sobre la problemática que se vive en estas tierras del sur de México.

En estos casi seis meses de su administración Astudillo Flores ha demostrado ser un interlocutor confiable, solvente, ante los sectores de nuestra población que reclaman solución a tales problemas multitemáticos porque sin posturas populistas o demagógicas (promesas falsas) escucha y dialoga y resuelve lo que está en sus manos resolver, lo que posibilita que se avance, no con la velocidad deseable, es cierto, hacia una sociedad en mejores condiciones de paz y estabilidad. Vaya, en estos cinco meses y 17 días (esto se escribe el 14 de abril) se ha avanzado en la consecución del lema de campaña de Héctor Astudillo como candidato, lo que no es una consideración menor.

Claro, el mandatario de Guerrero no trabaja solo. La sobriedad de su equipo es palpable. Cuenta con un experimentado secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame, con el que hay empatía y compatía (es posible que este sea un irralogismo) en la atención oportuna de los problemas estatales. Tiene a su lado la solidaridad vocacional de su esposa Mercedes Calvo, presidenta del DIF, quien hoy mismo ha iniciado una gira de trabajo precisamente para atender a grupos sociales vulnerables en Acapulco, como ha sido su compromiso desde el inicio de su gestión. No recuerdo a una presidenta del DIF que trabaje con tanto denuedo y vocación de servicio.

Veo que en el gobierno astudillista no hay descanso ni frivolidades que en casos anteriores han sido considerados en la ’categoría’ de una política para el confort, para ausencias injustificadas como son o fueron las francachelas en espacios secretos o palaciegos.

Por estas razones es que Astudillo Flores se ha convertido (creo no exagerar) en una figura, en un personaje que está en el centro de la atención nacional, en un activo político social que, si las cosas siguen como van, en el futuro, en los años que vienen podrá dar mucho que hablar, claro, para bien.

Sólo espero (o se espera) que el Plan Estatal de Desarrollo presentado este 13 de abril sea, efectivamente, un instrumento para resolver los problemas que le den a Guerrero más orden y mejores condiciones de paz social.