El azúcar se ha convertido en una disyuntiva en el momento de elegir cuál es el mejor o el más saludable. El problema no es tanto esa cucharadita en el café, sino todo el azúcar que comemos sin ser conscientes de ello y que está dentro de muchos de los productos que consumimos en el día a día.
El azúcar morena, azúcar refinada, la omnipresente estevia con su etiqueta de ’natural’ e incluso los sustitos del azúcar. En los últimos años, han aumentado las opciones de endulzantes alternativos. En la mayoría de ocasiones, la falta de información y los falsos mitos alrededor de estos productos producen dudas al consumidor dispuesto a reducir o eliminar el azúcar de su dieta.
Esa es la clave que señalan los nutricionistas. Con las ventajas e inconvenientes de cada tipo de endulzante, el objetivo último debería ser la reducción de su consumo diario. Entre otras cosas porque las diferencias entre unos y otros tampoco son tan grandes.
Al azúcar blanco -con el apellido de ’refinado’, que suena siempre a malo y químico- le ha tocado el papel del más malo de todos. ¿Significa eso que el resto de azúcares o endulzantes no están refinados o son más saludables? En realidad no.
Azúcar morena
Este endulzante no está determinado como el mejor. La mayoría del azúcar morena que se vende es simplemente azúcar blanco mezclado con melaza de caña para darle un color y sabor diferente. El azúcar morena de caña integral se obtiene con un proceso de refinado y cristalización similar al blanco en el que se utilizan en gran medida los mismos productos.
Nada tóxico, malo o no controlado o regulado, pero optar por azúcar moreno en vez de blanco por cuestiones químicas es absurdo. En todo caso, nos parece mucho más interesante apostar por los que tienen un sello de comercio justo, si de lo que se trata es de asegurarse de su origen y de un trato más justo a los productores.
Estevia
En los últimos años la estevia se ha convertido en la reina de los endulzantes con fama de sanos y naturales. No tiene calorías y su poder endulzante es mucho mayor que el azúcar, así que todo parece perfecto.
La historia empieza a cambiar si en vez de estevia nos referimos a este edulcorante como glucósidos de esteviol E960. Pues en cierto modo sí, al menos para quienes tengan algún problema con que la estevia sea un edulcorante obtenido en el laboratorio a partir del extracto de la planta Stevia rebaudiana.
Tiene menos calorías -como otros edulcorantes- y punto. Hasta aquí las ventajas demostradas de la estevia, porque todo lo demás sobre ese halo de natural que le rodea o sus supuestas propiedades curativas es sólo cuento.