Una ocasión del año de 1989, el C. Gobernador Constitucional del estado de Guerrero, el licenciado José Francisco Ruiz Massieu, me llamó para invitarme a charlar y a tomar un café.
No bien nos habíamos acomodados en sillas del restaurante del hotel Boca Chica, en Acapulco, cuando soltó: “Oye, Andrés, he estado pensando la manera de cómo puedo apoyar al gremio periodístico de Guerrero, el cual en la práctica vía convenios ha tenido mi total simpatía, pero…, siento que hace falta más, digamos, hace falta transparentar en un instrumento jurídico, las relaciones entre el gobierno y la prensa…”
El licenciado Ruiz Massieu –político visionario al fin—tocaba el fondo, el meollo de las difíciles y hasta conflictivas relaciones Gobierno-Prensa; relaciones que siempre se habían dado en lo oscurito y por debajo de la mesa, todo los días, todo el tiempo desde que en Guerrero ha habido gobiernos.
Me explicó: “Mira Andrés, cuando yo deje el gobierno, quiero aportar un instrumento jurídico --ya tengo una idea--, en el que el medio periodístico, la mayoría de sus integrantes sin seguridad social y exiguos recursos que le otorgan las pequeñas empresas para las que laboran, tenga algo desde el gobierno, de dónde echar mano…, pero que los recursos que se canalicen no sea sólo para los periodistas sino que éstos lleguen a sus familiares…”
El licenciado Ruiz Massieu continuó: “He pensado en estas ideas sueltas que traigo, se echen a andar cursos de profesionalización, de academia… de titulación… pero quiero también aportarles un recurso económico, ¿cómo ves? Para eso pedí vinieras a tomar el café…”
Bueno, de entrada le dije que jamás un gobernador guerrerense había pensado en serio y a tiempo su propósito de manifestar su apoyo académico, cultural y económico para con la prensa del estado de Guerrero.
Que esto constituía una idea novedosa y revolucionaria. Pero que había un pero… “Cómo se entregaría un apoyo en dinero, ¡y de manera pública!”.
Me dijo, que eso se haría a través de un instrumento jurídico, que podría constituirse un fondo…
Bueno, le señalé, que a esto sólo le veía una crítica y ésta vendrá por periodistas berrinchudos desde fuera del estado y del Distrito Federal pues con las cosas que has hecho… la creación de la secretaría de la Mujer; la procuraduría social de la Montaña, las elecciones internas en el PRI para elegir a candidatos, pues… estás causando no celo, ¡sino recelos en el centro y en el país!
Pero si estás decido a apoyar a un gremio difícil como al que yo pertenezco, y eso es dinero, habrá que elaborar una lista y se sepa quién es quién, ¡pues entrégaselo! Pero sólo te pido que eso sea no debajo de la mesa, ¡pues eso es chayote! Mejor encima, en una cosa transparente, y sin duda el gremio tarde que temprano te lo reconocerá y los periodistas yo creo jamás te olvidarán.
“¡Eso quería escuchar! ¡Tú sinceridad!”, me dijo Ruiz Massieu aquella calurosa tarde de mayo en el hotel ubicado en la playa Caletilla.
Ruiz Massieu platicó con otros 2 compañeros periodistas en otro sitio.
Al poco tiempo se publicaba una ley sobre el Fondo de Apoyo y el impulso a la profesionalización de Periodistas del estado de Guerrero.
A 26 años de este hecho, y a 21 años de tu injusta partida, ¡Pepe Ruiz Massieu, te recuerdo con mucha admiración y afecto!