ÁMBITO POLÍTICO
Fulgencio Ramírez Lozano
Muy mal se han visto el gobierno encabezados por Héctor Astudillo Flores y Evodio Velázquez Aguirre, respectivamente, en cuanto a la ola de inseguridad que se vive en Guerrero y principalmente este destino de playa.
En ambos casos, los manejos de las situaciones adversas por la disputa de la plaza de Acapulco por parte de bandas de la delincuencia organizada los rubros de seguridad pública, perjudicando gravemente la principal actividad económica, que es el turismo.
Tal parece que los responsables de guardar la el ’orden y la paz’ no pueden, aunado a que los responsables del turismo, dígase Ernesto Rodríguez Escalona y Alejandro González Molina, son neófitos, no pueden o les vale.
Pero aún peor, las oficinas de Comunicación Social, no funcionan. No informan y comunican de lo que regablemente interesa, que es hablar bien de Acapulco. Que cada vez que haya algún acto de violencia, inmediatamente se hable de los atractivos que las playas, de las actividades culturales, de las deportivas y de todo lo bonito que se está haciendo por atraer a los vacacionistas.
Todo lo contrario, luego de más de medio año de gestión de cada uno de los gobernantes (Evodio, un poco más), sus responsables de comunicación social no funcionan. Diversos comunicadores los han acusado de no cumplir con su trabajo, las instrucciones de sus respectivos jefes y ningunear a los reporteros.
OFICINA DE MANEJO DE CRISIS
Al igual que en este puerto, también en Cancún suceden hechos violentos, sin embargo, allá hay una Oficina de Manejo de Crisis que actúa de manera inmediata, y que de una u otra manera ’apaga el fuego’.
La información no trasciende tan cruda, como sucede aquí en Guerrero. Pareciera que en aquel lugar ’no pasa nada’ y aquí, un día hay ocho muertos, otro seis y otro 10. ¿Por qué Estados Unidos y Canadá no emiten alertas a sus connacionales para que no viajen a Cancún? ¿Y en Acapulco, por qué sí…?