UNIENDO LETRAS

Ser Maestro en tiempos de Pandemia.

Ser Maestro en tiempos de Pandemia.
Educación
Septiembre 11, 2020 15:46 hrs.
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Adriana Pelayo Krauss › Infover Noticias

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Hasta hace unos meses un día de clases normal implicaba levantarse muy temprano y emprender un camino largo par a muchos maestros. Llegar a la escuela, saludando con una linda sonrisa a los compañeros y a los alumnos.

Entrar al salón de clases siempre es un aliciente con un toque diferente cada día; ver llegar a los alumnos poco a poco, algunos contentos, otros enojados, otros un poco tristes, algunos bromeando y jugando. En las clases aprendemos todos, ellos nos enseñan más cosas de las que pensamos, nos contagian su actitud positiva, nos motivan a ser mejor cada día, a comprenderlos y orientarlos a superar retos que los lleven a cumplir sus metas escolares enfocadas a la vida cotidiana.

Al terminar una jornada de trabajo se cerraba la puerta, pero sabíamos que al otro día regresaríamos; sin embargo, la última vez que se cerró nos confiamos pensando que sería únicamente por un par de meses, y al pasar los días era incierto el regreso y con ello se vino un mundo de preocupaciones, mismas que han ido aumentando o cambiando conforme pasan los días, entonces las preguntas invadieron nuestras cabezas, ¿cómo nos contactaríamos con ellos?, ¿qué pasaría con aquellos con quienes no podíamos mantener contacto?, ¿de qué manera abordaríamos los temas?, ¿en qué situación estarán en sus casas?, ¿cómo evaluaríamos? .

El primer mes no fue tan complicado porque trabajamos con actividades que les fueron enviadas por WhatsApp, apoyadas de sus libros de texto, pero no fue fácil ni para ellos ni para mí, hasta el momento resulta difícil no poder tener contacto visual con cada uno de ellos, pues resulta difícil saber si realmente están comprendiendo cada uno de los temas y cuál es su sentir acerca de la situación.

No estamos de vacaciones, seguimos trabajando y preparándonos para esta nueva modalidad que exige otras habilidades que no habíamos desarrollado. Antes cumplíamos una jornada de seis horas, ahora somos maestros la mayor parte del día, incluyendo los fines de semana, además de resolver dudas a los alumnos, también escucho a los padres de familia, quienes se han integrado a la clase.

Para concluir, estoy convencida de que debemos hacer un cambio en nuestras vidas, empezado por adoptar la resiliencia en mi día a día y transmitirla a mis alumnos, seguido de inyectarnos una dosis de ’Sí se puede y juntos lo vamos a lograr’. A pesar de la distancia, estamos más unidos que nunca, hemos compartido más tiempo, sentimiento de frustración, enojo, alegrías, llanto, etc.

El regreso a la normalidad no será fácil, retomar nuevamente las actividades diarias nos llevará tiempo, tendremos sentimientos encontrados, pero al abrir nuevamente esa puerta, estaremos con la mejor actitud de recuperar el tiempo y salir adelante, valorando la vida, a la familia, a los amigos y a todo lo que tenemos; con valores más firmes y con deseos de cumplir más metas.

Al final de esta pandemia habremos recibido la mejor enseñanza de vida: cada uno de nosotros es capaz de encontrar soluciones a la adversidad y vencer obstáculos inimaginables.

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