Luego del paro de labores que iniciaron el pasado 20 de julio, en exigencia de mejoras laborales como entrega de uniformes, respeto a las franquicias y periodos vacacionales, apoyo para la vivienda, entre otras prestaciones, agentes de la Policía Estatal de Guerrero, cumplieron 57 días en paro sin que nadie les resuelva su problema, por lo que sus familias de encuentran en la incertidumbre sin sustento alguno.
Los policías estatales fueron suspendidos luego de denunciar los actos de corrupción por parte del secretario de Seguridad Pública en Guerrero, Pedro Almazán Cervantes, por lo que lejos de ser atendidos por las autoridades; les iniciaron un procedimiento administrativo para dejarlos sin trabajo.
Cabe señalar que los policías pensaban protestar la noche del 15 de septiembre, pero momentos después de iniciar su manifestación, llegaron sus propios compañeros integrantes de la Policía Estatal, con equipo antimotines dirigidos por el subsecretario de Seguridad Pública, quien les arrojó las vallas metálicas para evitar que los asistentes al evento los observaran, por lo que pidieron la intervención de las autoridades competentes.
En el lugar, se encontraba personal de la Comisión Derechos Humanos, quienes atestiguaron las acciones, por lo que tomaron nota de las agresiones por parte de los agentes antimotines.